domingo, 24 de octubre de 2004

Desde el punto de vista de las prostitutas...

...Y no del de nuestra hipócrita convención social.

¿Son las prostitutas trabajadoras? ¿Ejercen un oficio?

NO. Las prostitutas, en un 99% (excluyamos aquí a las llamadas "de lujo", que tienen otros motivos) ejercen la prostitución por obligación. Veamos:

1) Son hijas de prostitutas. Desde su infancia educadas en el convencimiento de que ellas también lo serán. Un elevado porcentaje, para su conocimiento NO CONOCE OTRA FORMA DE GANARSE LA VIDA. Y no estoy hablando de paises tercermundistas. Dese una vuelta por los barrios marginales de nuestras grandes ciudades y podrá comprobar que la sociedad marginal (sí, existe ese concepto) las orienta desde niñas en ese sentido. Se tienen en tan poca cosa que no conciben otra forma de vivir.

2) Son adictas a alguna droga. Este es el método habitual de los proxenetas para atrapar a mujeres sin cultura ni conocimientos para ganar dinero de otra forma. No tienen ningún oficio ni profesión y se rebajan a ejercer la prostitución para pagarse la droga. Son esclavas drogadas, en España en 2003 (y en todo el mundo), para nuestra vergüenza.

3) Son inmigrantes. Estas son las habituales de los locales de alterne (del señor Roberto) y también algunas callejeras. Son traídas a España con el convencimiento de que trabajarán de asistentas o cuidando niños. Una vez aquí los traficantes de personas retienen su documentación con la amenaza de que si no colaboran les denunciarán y serán expulsadas, amén de privaciones y palizas para que dobleguen su voluntad. No puedo imaginar nada más humillante para una mujer que viaja a otro país con la necesidad acuciante de enviar dinero a su familia. El desconocimiento del idioma (salvo en las hispanoamericanas) y el miedo a represalias a sus familiares en los países de origen hacen que la mayoría de estas mujeres no denuncien su situación.

En otros países se dan otras circunstancias, como la pobreza extrema que obliga a padres sin cultura y muchos hijos a vender a sus hijas a los traficantes. El hecho de que en muchas culturas se considere que la mujer tiene menos valor que el hombre (ese islam, al que hay "que comprender" otorga el mismo valor al testimonio de un hombre que al de dos mujeres) ayuda en este despreciable comercio.

Las famosas ninfómanas, que lo hacen por gusto, o las amas de casa que deben pagar gastos a espaldas de sus maridos, son casos mucho más aireados que reales, dando la imagen de una prostitución voluntaria que es casi inexistente.

El tráfico de mujeres desde países tercermundistas a las naciones ricas de Occidente se considera el tercer negocio ilegal más rentable, sólo por detrás del tráfico de armas y muy cerca del narcotráfico. Estamos hablando de auténticos tratantes de esclavos.

¿Quienes son los culpables? Por un lado la justicia y sus agentes, muchos de los cuales miran para otro lado aceptando dinero por no investigar a fondo los locales de alterne y a las mujeres que allí trabajan, por no hablar de algunos policías y jueces que son directamente clientes y socios de estos tinglados.

Pero el principal culpable de que este negocio ATROZ es EL CLIENTE, que, al igual que el que consume drogas o compra armas ilegales, está fomentando esta vergüenza de nuestra época. CIENTOS DE MILES de hombres del primer mundo utilizan a las prostitutas tanto de sus naciones de origen como de países tercermundistas (Tailandia, Cuba o Kenya son los ejemplos más paradigmáticos), donde buscan exotismo y menores de las que no disponen en sus lugares de origen.

Por favor, no se deje engañar por las mentiras y la propaganda de estos empresarios ruines que presentan la prostitución como algo normal, como un oficio que, fatalmente, ha de existir, y que mejor es regularizarlo para evitar la propagación del SIDA o los abusos de los proxenetas (hay que joderse, lo dicen los mega-proxenetas). Es todo falso, bajo esa pátina de respetabilidad y sentido común se esconde un negocio de miles de millones de euros. Lo que un buen cristiano debe hacer es no vejar a mujeres con ese comercio y luchar por su erradicación.

Por favor, piense en todas las mujeres que ejercen la prostitución. Le garantizo que si se les preguntara, con la garantía de protegerlas a ellas y sus familias y de enseñarles CUALQUIER OFICIO el 99% no querrían ser prostitutas. No es un oficio vejar a una mujer, eso no es una relación contractual (o se cree usted que los clientes de las prostitutas van a fornicar como lo harían con sus señoras o a "charlar" como pretenden hacernos creer tantos tópicos romanticones falsos), eso es un pecado y un ultraje a la dignidad de las mujeres, y por una vez estoy de acuerdo con las feministas que se oponen a la regularización de esta situación.

Por favor, luchemos contra esta sociedad que quiere regularizar sus errores, sus maldades y sus vicios. Somos cristianos, luchemos por mejorar el mundo. Olvide las mentiras de ANELA y pregunte a los miles de religiosos y laicos que luchan por sacar a estas mujeres de la inmundicia en que se hallan sumidas y devolverles su dignidad. No le hablarán de regularización, se lo aseguro, le hablarán de libertad y dignidad.

Gracias, Ignacio.