miércoles, 6 de abril de 2005

Enfermedades de transmisión sexual.

Las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y sus secuelas, constituyen un tema de elevado interés social, por sus consecuencias directas e indirectas. Cuatro son las ETS de mayor prevalencia: el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus del papiloma humano (VPH), la infección por clamidias y el virus del herpes simple (VHS).

Diario Medico 11-Marzo-2005

Aunque existen muchas enfermedades de transmisión sexual que afectan dramáticamente a la vida de las personas, ninguna ha acaparado tanto la atención como el VIH/SIDA. Se considera «el problema sanitario más complejo que afronta la humanidad actualmente» y es la segunda causa de inhabilitación por enfermedad en el mundo. Se contrae fundamentalmente entre los 15 y 25 años de edad y se estima que 14.000 personas son infectadas cada día. Según datos de la OMS, 18 millones de adolescentes y adultos y 1,5 millones de niños están infectados por el VIH. El 75-85% de los casos han sido transmitidos por vía sexual.

Desde 1990 España tiene la mayor incidencia de casos nuevos de SIDA del continente europeo, sobrepasando a países (Francia, Italia) que hasta el momento presentaban una mayor tasa.

Las urgencias vitales por SIDA han disminuido desde la segunda mitad de la década de los noventa gracias a una combinación de medicamentos que prolonga la vida de las personas infectadas por el VIH, creciendo así la esperanza de transformar esta enfermedad de mortal a corto plazo en «crónica». A pesar de los considerables recursos invertidos y de los esfuerzos llevados a cabo para reducir el riesgo de contagio del VIH, el “Joint United Nations on HIV/AIDS” (UNAIDS), ha anunciado recientemente que esta pandemia está aún en fases tempranas de su extensión.



El VPH es la enfermedad de transmisión sexual más difundida en muchas partes del mundo y la más común en EE.UU. Así, el “US Centres for Disease Control and Prevention (CDC)”, estima que 50-75% de los va-rones y mujeres sexualmente activos adquieren el VPH en algún momento de sus vidas.

Más del 35% de los adolescentes y adultos jóvenes en varios países occidentales han sido contagiados por el VPH y muchos de ellos han adquirido la infección en su primer contacto sexual.

En España se ha demostrado ADN viral (es decir infección) en el 32% de la población urbana y en el 12% de la rural.

El VHS produce una enfermedad de transmisión sexual ampliamente difundida en todo el mundo. La prevalencia de esta enfermedad en mujeres embarazadas ha aumentado del 19 al 33% en las últimas dos décadas. El VHS incrementa el riesgo de adquirir otras ETS, incluyendo el VIH, y parece que aumenta también el riesgo de presentar cáncer de cérvix.

Alrededor del 90% de los casos de herpes genital están producidos por el VHS-2. En España es menos frecuente que en otros países y constituye el 6% de todas las consultas de ETS. El 16-33% de la población posee anticuerpos contra el VHS-2 y el 80% de los casos aparece entre los 18 y los 36 años de edad.

La infección por Clamidias es la causa de ETS más frecuente en EEUU y Europa y una infección de alta prevalencia en muchas áreas desarrolladas del mundo. Aunque esta infección puede ser tratada y erradicada, como es frecuentemente asintomática en sus estadios tempranos puede producir daños irreparables en las estructuras anexiales, a la vez que permite la transmisión de este microorganismo a los compañeros sexuales. Cada año se detectan en todo el mundo cerca de 300 millones de casos, encontrándose las tasas más elevadas de esta infección entre los 15 y los 24 años.

La OMS estima que dos tercios de las ETS aparecen en adolescentes y adultos jóvenes. Por ello, es esencial que esta población sea especialmente controlada por médicos y educadores. Con el conocimiento de que una conducta sexual arriesgada en adolescentes puede conducir a una variedad de enfermedades de transmisión sexual importantes, y teniendo también en cuenta sus posible secuelas, médicos e instituciones sanitarias de todo el mundo midieron el impacto ascendente de estas enfermedades y propusieron unas estrategias cuyo objetivo era reducir los riesgos de infección. Estas estrategias tenían como objetivo prevenir la difusión de las ETS mediante el uso del preservativo. Dos razones fundamentales explican que el éxito de esta propuesta haya sido limitado y que sigan incrementándose estas infecciones a pesar de las campañas que promovían el «sexo seguro» mediante el uso del preservativo. La primera es que el preservativo solamente provee una pequeña protección para aquellas enfermedades que se transmiten mediante el contacto «piel con piel», como el VPH, VHS, sífilis, linfogranuloma venéreo o chancro y en segundo lugar, porque aunque también el preservativo ofrece cierta protección contra algunas enfermedades que se transmiten mediante fluidos corporales, como el VIH, clamidia y gonorrea, esta protección se ve comprometida por su uso irregular o incorrecto y por sus fallos mecánicos.

Las evidencias hacen necesaria en los jóvenes una educación sexual adecuada y un conocimiento importante de este tipo de enfermedades, sobre todo aquello que se relaciona con su forma de contagio y secuelas. También se les debe recomendar que retrasen el inicio de su actividad sexual y reduzcan sus parejas sexuales (7 DM, 11-III-2005).