jueves, 30 de marzo de 2006

Sida: fracasó la meta de las Naciones Unidas

Sólo 1,3 millones reciben medicación

GINEBRA.- La Organización Mundial de Salud (OMS) y el Programa Conjunto de la Organización Naciones Unidas de lucha contra el Sida (Onusida) afirmaron ayer que había fracasado el objetivo de que en 2005 al menos tres millones de personas afectadas por el virus del sida reciban tratamiento.

Pese a que se triplicó el acceso general a los medicamentos durante 2003, 2004 y 2005, la OMS señaló que a fin del año último sólo 1,3 millones de personas pobres infectadas con el letal virus tomaban medicamentos, es decir, menos de la mitad de la cifra que la agencia de salud de la ONU se había propuesto dos años atrás y apenas un quinto de los 6,5 millones de personas que necesitan tratamiento.

Si bien no se alcanzó la meta, el informe indicó que había habido grandes avances, dado que en 2003 apenas 400.000 personas tenían acceso a las terapias, es decir, el 7% de quienes lo necesitaban. El nuevo objetivo propuesto por la ONU es ahora alcanzar el acceso universal en 2010.

Desde que se inició la epidemia de sida, a comienzos de la década del 80, más de 60 millones de personas en todo el mundo han contraído el virus de inmunodeficiencia adquirida (HIV), de las cuales 25 millones han muerto.

El estudio presentado revela que hoy cerca de 40 millones son portadoras del virus o han desarrollado el estado de inmunodepresión que caracteriza al sida, y que cada minuto diez personas se infectan, lo que equivale a unos cinco millones de nuevos infectados con el virus por año, de los cuales 700.000 son niños.

El programa "Tres millones para 2005", lanzado en 2003, permitió registrar algunos progresos evidenciados en los últimos números: el acceso a los fármacos permitió evitar unas 300.000 muertes el año pasado, y el Africa subsahariana -la región más afectada por el virus- fue la primera en beneficiarse con la iniciativa.

América latina y el Caribe es la región del mundo en desarrollo donde el tratamiento contra el HIV/sida está más extendido, ya que tiene acceso a él cerca del 68% de los enfermos que lo necesitan, informó la OMS. Concretamente, trece países de la región proporcionan tratamiento a más de la mitad de la población que lo necesita: Cuba, al 100%; Panamá, al 97%; Barbados, al 95%; Venezuela, al 84%; Brasil, al 83%; la Argentina, al 81%; Costa Rica, al 80%; Chile, al 75%; México, al 71%; Uruguay, al 69%; El Salvador, al 59%; Jamaica, al 56%, y Perú, al 52 por ciento.

En cambio, en Colombia alcanza sólo al 44% de quienes necesitan tratamiento; en Ecuador, al 42%; en Paraguay, al 29%, y en la República Dominicana, al 17%. Se calcula que en América latina hay 1,8 millones de personas portadoras del HIV, mientras que en 2005 se contabilizaron 200.000 nuevos contagios y 66.000 muertes.

ANSA, Reuters y EFE

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La Targa se acabará pudiendo administrar en un comprimido




La combinación de varias moléculas en un solo comprimido para tratar el sida y la farmacogenética aplicada a la población seropositiva son dos avances con gran futuro en el manejo del sida, según David Dalmau, presidente del IX Congreso Nacional sobre el Sida, en Barcelona.


La simplificación del tratamiento antirretroviral de gran actividad (Targa) a través de combinaciones de fármacos presentadas en solo comprimido y la farmacogenética aplicada a la población seropositiva son dos realidades cada vez más palpables, a juicio de David Dalmau, que preside el IX Congreso Nacional sobre el Sida, que arrancó ayer en Barcelona bajo el lema Sida: una epidemia, dos mundos, con una alta participación y coincidiendo con el vigesimoquinto aniversario de la historia de la infección en el mundo.

Todo apunta a que la Targa podrá administrarse con una sola pastilla, ha admitido David Dalmau, del Hospital Mutua de Tarrasa y presidente del comité científico del IX Congreso Nacional sobre el Sida, organizado por la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida) en Barcelona.

Opciones actuales
En la actualidad ya hay opciones que combinan varias moléculas en un comprimido y que, por lo tanto, facilitan al paciente el seguimiento del tratamiento. Así, Trizivir combina tres análogos nucleósidos (AZT, 3TC y abacavir); Caletra es una co-formulación de lopinavir y ritonavir que debe administrarse cada 12 horas; y también se ha elaborado una nueva combinación (atazanavir y ritonavir) que, a diferencia de la anterior, se administra una sola vez al día. Otra formulación relativamente nueva es fosamprenavir y ritonavir; y han surgido nuevos comprimidos que incorporan dos análogos nucleósidos, como Truvada (tenofovir y FTC), y Kivexa (3TV y abacavir).

Además de estas asociaciones, en ensayo clínico se halla un comprimido que conjuga análogos de nucleósidos (tenofovir y FTC) y no análogos de nucleósidos (efavirenz).

De prosperar los ensayos de este comprimido, se convertiría en la "primera pastilla que incluye tres compuestos diferentes. Seguramente tendrá otros compañeros de viaje. Creo que sí llegaremos a dar la Targa en un solo comprimido", ha manifestado Dalmau.

Esta posibilidad podría favorecer una mejor adherencia a los tratamientos antirretrovirales. La cuestión también va a ser objetivo de debate en el congreso desde diferentes perspectivas, ya que el grado de adherencia es muy variable en diferentes ámbitos, como el entorno clínico o el penitenciario, y entre los distintos colectivos afectados por el VIH. En el entorno clínico, por ejemplo, la adherencia es mayor entre los homosexuales que entre los pacientes que se infectaron por ser usuarios de drogas por vía parenteral. Y, en conjunto, el cumplimiento terapéutico supera al que se logra entre los seropositivos reclusos.

Sin excusas
Algo sorprendente es que la adherencia en el Tercer Mundo es mucho más alta de lo que se suele sospechar y, por lo tanto, "la falta de adherencia que tradicionalmente se ha esgrimido como un argumento para no facilitar el acceso a los tratamientos en los países en vías de desarrollo ya no sirve como excusa", ha afirmado Dalmau.

El congreso ha querido dar protagonismo a profesionales que trabajan en el Tercer Mundo y en todas las sesiones se ha procurado combinar distintos perfiles: clínicos, políticos, ONG, psicólogos, enfermeras y pacientes.

Los mundos del sida
El IX Congreso Nacional del Sida se celebra bajo el lema Sida: una epidemia, dos mundos, con el fin de reconocer el gran abismo que existe en el impacto y manejo de la epidemia entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo. El desigual acceso al tratamiento antirretroviral sigue siendo la principal diferencia entre ambos mundos, ha afirmado Dalmau. Por esta razón, el congreso ha invitado a distintos perfiles profesionales que trabajan combatiendo la epidemia del sida en el Tercer Mundo. Pero, además, acoge una sesión titulada El tratamiento antirretroviral en distintos escenarios: Primer mundo, Segundo mundo y Cuarto mundo. Según ha explicado Dalmau, este cuarto mundo se refiere a colectivos marginales, bastante numéricos, que viven en sociedades desarrolladas, como los indigentes o los inmigrantes indocumentados, que tampoco tienen acceso a los tratamientos, bien por desconocer cómo se accede al sistema sanitario o bien por temor.

En esta edición, el encuentro se ha organizado con un marcado enfoque multidisciplinar. La previsión inicial de asistencia (500 participantes) se ha doblado prácticamente, puesto que al final hay 900 inscritos, sobrepasando con creces la participación de la pasada edición. La miscelánea de temas y de perfiles profesionales es la nota destacada del congreso.

Farmacogenética
"La farmacogenética tiene posibilidades reales de aplicarse en la práctica clínica a la población VIH", ha admitido David Dalmau. La opción de conocer el perfil genético de las personas seropositivas y, en función de éste, el riesgo de toxicidad y de reacción alérgica que pueden tener frente a un fármaco es cada vez más verosímil. "No es algo de hoy para mañana", pero sí que está ahí, ha añadido.

De hecho, el estudio Bicombo, que se lleva a cabo a nivel europeo y en el que están involucrados hospitales españoles, pretende estudiar el riesgo que tienen los pacientes debido a sus rasgos genéticos a padecer hipersensibilidad frente al análogo nucleósido abacavir. Se calcula que entre el 3 y el 4 por ciento de los pacientes tratados con este fármaco tienen riesgo de hipersensibilidad y, en algunos casos, esta reacción puede acabar incluso en fallecimiento. Una sencilla maniobra de cribado que permitiera con un análisis genético identificar al subrupo de pacientes en riesgo sería de gran utilidad. Para ello se analizará una terminación del HLA (un marcador específico).


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