miércoles, 31 de julio de 2013

Informe Nacional chileno: Evolución del VIH/SIDA 1984-2011


Desde sus comienzos hasta el año 2011, las notificaciones de VIH/SIDA alcanzan a 26.740 casos
 
Desde 1984 hasta el 2010, tanto la tasa de casos notificados de SIDA como de VIH, han ido en aumento, mostrando un descenso en el 2006, para luego mostrar un aumento sostenido hasta el 2009 y luego volver a bajar el 2010, sin embargo el 2011, se presenta la mayor tasa de notificación que para SIDA es de 6,0 por cien mil habitantes. y para VIH de 9,6 por cien mil habitantes.
 
El principal grupo poblacional afectado es el de adultos entre 20 y 49 años, específicamente el de 30 a 39 años.
 
El número de casos en hombres supera ampliamente al de mujeres, en etapa SIDA, la proporción hombre mujer, ha ido en descenso en el tiempo, llegando en el último quinquenio a 5,8, mientras que en etapa VIH, se observa un leve aumento de esta razón, llegando a 4,4 hombres por cada mujer.
 
Las regiones que concentran las mayores tasas de VIH/SIDA, en los tres últimos quinquenios, son Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Valparaíso y la Región Metropolitana. La principal vía de exposición al virus es la sexual, representando un 99%, en el quinquenio 2007-2011. 

La vía más declarada es la homobisexualidad concentrando el 59% de los casos en este mismo quinquenio. Del total de casos de VIH-SIDA notificados en Chile entre 1987 y 2011, el 55,6% se notificó en etapa VIH mientras que el 44,4% fue notificado tardíamente en etapa de SIDA.
 
A partir del año 1990, se registran las primeras defunciones a causa de SIDA, siendo hasta el 2010 un 87% de ellas producidas en hombres. La tasa de mortalidad por SIDA, experimentó un aumento progresivo hasta el 2001, año en que se observó la tasa más alta del período (3,6 por cien mil hbtes.). En los últimos siete años (2004-2010), la mortalidad por SIDA ha mostrado una relativa estabilización llegando el 2010 a 2,5 por cien mil habitantes.

lunes, 15 de julio de 2013

Pacem Kawonga: la fuerza de un sueño para vencer el sida

Participan en la presentación del libro “Un mañana para mis niños” Maite Bulgari, Giampaolo Cadalanu, Patrizia Carrano, Marco Impagliazzo y Andrea Riccardi. Y la pequeña Melinda. 

Me llamo Melinda, tengo ocho años y quiero decir gracias por el radiante futuro que me habéis regalado”. Con voz emocionada pero firme, la pequeña Melinda se dirige al numeroso público que llena la sala Benedicto XII del Istituto San Gallicano para asistir a la presentación del libro que ha escrito su madre, Pacem Kawonga, “Un futuro para mis niños”. Está guapísima con su vestido “de princesa”, como ha dicho poco antes la escritora Patrizia Carrano, que ha intervenido en la presentación junto a Giampaolo Cadalanu, Maite Bulgari y Andrea Riccardi. Con razón su madre dice que está orgullosa de ella. Melinda es el testimonio vivo de una nueva generación que está creciendo en Malawi gracias a DREAM, el programa de lucha contra el sida de la Comunidad de Sant’Egidio. Y gracias al trabajo de mujeres valientes como Pacem, que, como ha dicho Andrea Riccardi, “han transformado su deseo de no morir en el compromiso de hacer que otros vivan”. La presentación del libro de Pacem Kawonga ha sido una ocasión para dar voz a estas mujeres, a su tenacidad, por la resistencia al dolor y al estigma, y por la fuerza de abrazar este sueño –el de DREAM y de Sant’Egidio–, que está construyendo silenciosamente pero con eficacia y firmeza, un destino diferente para hombres y mujeres en África.

Comunidad de Sant'Egidio de Madrid.

Comite Independiente AntiSida

miércoles, 10 de julio de 2013

Los pacientes infectados con el VPH-16 presentan hasta 130 veces más riesgo de desarrollar cáncer orofaríngeo


La presencia del virus del papiloma humano (VPH) puede llegar a multiplicar por 130 el riesgo de desarrollar un tumor de la orofaringe, según los resultados de un estudio en el que ha participado Xavier Castellsagué, del Programa de Investigación en Epidemiología del Cáncer del Instituto Catalán de Oncología (ICO), en Barcelona.


El trabajo, que se publica en el último número de Journal of the National Cancer Institute, forma parte del proyecto europeo Arcage y ha comparado la presencia en sangre de anticuerpos contra este virus en 1.425 personas sanas y en 1.496 pacientes con cáncer del tracto aerodigestivo: cavidad oral, faringe, laringe y esófago.

Las conclusiones indican que la presencia del VPH, en concreto del VPH-16, aumenta muy significativamente el riesgo de desarrollar el tumor maligno de la orofaringe.

En el grupo de personas sanas, el VPH-16 sólo estaba presente en el 0,8 por ciento de los casos, mientras que en el grupo de enfermos el porcentaje llegaba al 30,2 por ciento. Asimismo, la presencia de dos anticuerpos del VPH-16, el E6 y el E7, es muy poco frecuente en personas sanas -un caso de cada 1.425- y llega a multiplicar por 800 el riesgo de desarrollar la enfermedad cuando se detectan los dos simultáneamente.

Cabe recordar que la del VPH es la infección de transmisión sexual más frecuente en el mundo: a lo largo de la vida, más del 80 por ciento de las mujeres sexualmente activas se habrán expuesto al VPH. La familia del VPH cuenta con más de 150 genotipos, 15 de los cuales son de alto riesgo de promover cáncer. La infección por uno de estos tipos de alto riesgo tiene una duración media de 8-12 meses y, en los casos más graves puede llegar a los dos años.

El VPH es conocido por ser el responsable del cáncer de cuello de útero y de otros tumores como los de vulva, vagina, pene y ano, y últimamente se ha demostrado que también está detrás de hasta el 35 por ciento de los tumores de orofaringe. Este tumor es relativamente poco frecuente, y está muy asociado al consumo de tabaco y de alcohol.

Cada vez más casos
La incidencia ha aumentado en las últimas décadas en muchas zonas del mundo, especialmente en Europa y América del Norte. Se cree que dicho incremento se debe al creciente número de infecciones por el virus del papiloma humano como consecuencia de la expansión de determinadas prácticas sexuales, especialmente el sexo oral.

Otro artículo publicado en la revista Journal of Clinical Oncology en el que también han participado investigadores del ICO demuestra que un tercio de las personas que desarrollaron un cáncer de orofaringe tenían anticuerpos contra el VPH hasta 12 años antes de la aparición de la enfermedad, cosa que sólo pasaba en menos de un uno por ciento de los que no desarrollaron el tumor.

En función de estos hallazgos, una prueba para detectar el VPH podría facilitar la detección precoz del cáncer oral provocado por el virus años antes de la aparición de la enfermedad.


viernes, 5 de julio de 2013

El trasplante de médula ósea controla la infección por VIH en dos nuevos casos

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Timothy Ray Brown, el primer caso en el que se ha podido erradicar al VIH

Gracias a un trasplante de médula ósea dos personas infectadas con el virus del sida ha dejado de necesitar la medicación antirretroviral para controlar la infección. Los datos, que se han presentado en la Conferencia Internacional sobre el Sida en Kuala Lumpur se suman al de Timothy Ray Brown, el primer caso en el que se ha podido erradicar al VIH. Sin embargo, el equipo del Hospital Brigham (EEUU) que ha presentados los datos advierte que es «demasiado pronto para hablar de una cura», ya que el virus puede regresar en cualquier momento.

Eliminar el VIH del organismo es parece casi imposible, ya que el virus permanece latente en los denominados reservorios virales. Los medicamentos mantienen el virus bajo control dentro del torrente sanguíneo, pero cuando se interrumpe el tratamiento, el virus siempre vuelve. Sin embargo, algunos resultados que se han presentado recientemente sugieren que parece ser viable mediante el trasplante de médula ósea. Al menos así ha ocurrido en estas dos personas infectadas por el VIH quienes tras haber recibido un trasplante de médula ósea, no parecen tener VIH detectable en su organismo. También resultó esperanzador el caso de la bebé de EEUU que recibió un tratamiento agresivo de antirretrovirales desde alrededor de 30 horas después de su nacimiento y parece haberse curado, según señalaron los médicos de la Universidad de Johns Hopkins en Baltimore.

Desaparecido 
Los dos hombres, que no han sido identificados, habían vivido con el VIH durante 30 años. Ambos desarrollaron un linfoma, que requiere un trasplante de médula ósea. La médula ósea es donde se producen nuevas células de la sangre y se cree que es un importante reservorio para el VIH. Después del trasplante, el VIH era indetectable en la sangre durante dos años en un paciente y cuatro en el otro. Ahora, uno de ellos lleva 15 semanas sin tomar el tratamiento y el otro 7 y, de momento no hay señales del VIH.

Los expertos creen que es demasiado pronto para hablar de curación. Porque, dicen, incluso si realmente se trata de una curación, no es algo disponible para todo el mundo. Un trasplante de médula ósea, señaló Timothy Henrich a la BBC, es un procedimiento muy caro, únicamente indicado para algunos tipos de cáncer y con complicaciones muy graves, como la enfermedad injerto contra anfitrión. No hay que olvidar que tiene una tasa de mortalidad del 15-20% en los primeros años después del trasplante.

Eso mismo recuerda Juan Carlos López, del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. «No se puede plantear esta opción a los pacientes con VIH». Pero no sólo por los riesgos, señala. «Hacen faltan donantes muy especiales para que el trasplante de médula pueda controlar la replicación del virus». A lo que se refiere este experto es que, en el caso del paciente de Berlín, el donante de médulas tenían un defecto, «la delección delta 32», que impide al VIH entrar en la célula. Tal y como explica Juan Carlos López «algunas personas, especialmente de origen escandinavo y países del norte, al tener esta mutación impiden que el virus de replique. Así, al eliminar mediante un trasplante los linfocitos del pacientes y sustituirlos por los defectuosos de la médula ósea del donante se puede controlar el virus».

Aunque se ha tratado de reproducir esto en el laboratorio, mediante la modificación de genes, los resultados no han sido todo lo bueno de lo esperado y, como señala Juan Carlos López, «es una posibilidad no a corto plazo». La noticia esperanzadora es que en los dos nuevos casos, los donantes no tenían esta mutación.

Escondites del VIH

Henrich cree que el valor real de esta investigación es que se ha avanzado en una comprensión más profunda del virus y de sus reservorios. «Lo que sí podemos decir es que si el virus está indetectable durante un año o incluso dos años después de interrumpir el tratamiento, sus posibilidades de que reaparezca van a ser muy bajas».

Los investigadores creen que, inicialmente, la médula ósea trasplantada fue protegida contra la infección por los antirretrovirales. Mientras tanto, el trasplante también atacó a la médula ósea original, donde se escondía el virus. No obstante, Henrich advirtió que el virus podría estar escondido dentro del tejido cerebral o el tracto gastrointestinal. «Si el virus vuelve, ello nos sugeriría que estos órganos son un importante reservorio de virus infecciosos y nos serviría para diseñar nuevos enfoques para identificar los reservorios del virus y para el desarrollo de estrategias curativas».

Lo relevante de estos datos es que sugieren que lo que pasó con Timothy Brown, el paciente de Berlín, no fue casualidad. Aunque conviene recordar que para la mayoría de las personas con VIH sería más peligroso someterse a un trasplante que continuar la su medicación diaria.

ABC