martes, 9 de diciembre de 2008

La asociación nacional de psicólogos de Estados Unidos alerta contra la "sexualización" de las niñas desde "los cinco o los seis años"

Aunque la noticia tiene un tiempo, no hay que recurrir a los USA. También en España...

02.03.07 • 04:21 GMT • Javier Monjas - Madrid
  • Doctora Jean Kilbourne, autora del libro "Tan sexys, tan pronto: La sexualización de la niñez": “Ves esos vestidos por todas partes, camisetas ajustadas para niñas pequeñas que dicen ‘Tantos chicos y tan poco tiempo’, esa clase de cosas"

“Las visten como putas”. La brutal expresión española referida a niñas pequeñas seguida de risotadas masculinas ya tiene confirmación internacional al máximo nivel. En un durísimo informe, la American Psychological Association (APA) no sólo advierte sobre la desatada “sexualización de las niñas” sino incluso sobre cómo las muñecas con las que juegan son cada vez más “obscene and tarty”, equivaliendo la segunda palabra a una expresión que el siempre comedido Oxford Dictionary traduce, con excesiva indulgencia y suavidad, por “pinta de ordinaria”, “putilla” o “fulana”. La organización que agrupa a los psicólogos estadounidenses denuncia cómo niñas “desde los cinco o los seis años” van vestidas siguiendo el modelo de artistas pop que, a su vez, ya eran iconos sexuales cuando apenas habían alcanzado la pubertad o de juguetes como las ‘Bratz Dolls’, las muñecas de moda en el orbe anglosajón que han normalizado entre niñas y preadolescentes unas formas de vestir que habrían parecido escandalosas a las más desorejadas prostitutas de polígono industrial de hace menos de diez años.

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“¿Están los niños expuestos al sexo demasiado pronto?”, se pregunta la BBC en relación al informe de la APA y junto a un dibujo de los Bratz, la pandilla de personajes omnipresentes entre las chicas de Estados Unidos y del Reino Unido. Convertidos por el marketing de sus fabricantes, la juguetera MGA, en auténticos iconos infantiles, para los firmantes del recién aparecido informe de la organización de psicólogos estadounidenses son, sin embargo, incitadores de una tempranísima “sexualización” de niñas y jóvenes que termina “dañando la imagen de sí mismas y un sano desarrollo de su sexualidad”.

Devastación de la propia autoestima

Los psicólogos estadounidenses describen el neologismo “sexualización” como lo que sucede cuando “los valores de una persona proceden sólo de su apariencia o comportamiento sexuales, con exclusión de otras características, y cuando la sexualidad de una persona es convertida en objeto, por ejemplo, transformada en una ‘cosa’ para el uso sexual de otro”.

Las consecuencias de este comportamiento son devastadoras, en especial, para el desarrollo de las niñas y su propia autoestima, pero también para los chicos, que aprenden a ver en las niñas simples objetos sexuales con un grave corolario posterior de disfunciones en su relación con ellas que incluyen iniciaciones extremadamente tempranas de relaciones sexuales cuando no agresiones o incremento desenfrenado de consumo de pornografía pedófila cuando van adquiriendo edades más adultas.

En España, "ultraconservadores"

Ya informes anteriores habían alertado sobre cómo “las fuerzas y los productos del mercado” empujan hacia una creciente sexualización de los modelos de niños y preadolescentes, sexualización de la que no se han librado ni las últimas versiones de Disney en torno a las antes melifluas y edulcoradas pero ahora sensuales y sexualmente activas Pocahontas o Cenicienta, con cuya cada vez menos vaporosa sensualidad se 'disfraza' incluso a niñas que apenas se pueden tener en pie.

Mientras en España se sigue calificando de “ultraconservadores” a quienes critican guías de sexualidad elaboradas por organismos oficiales, repartidas en los colegios desde la enseñanza primaria, y que animan a "explorarse, observarse, conocerse, probar, experimentar", los psicólogos estadounidenses alertan contra la temprana presión de la “sexualidad adulta”, bien sea a través de medios de comunicación, de las bienintencionados pero erróneos mensajes de los padres o por la “presión del mercado”, con productos de entretenimiento que, en realidad, “tienen una negativa influencia en el desarrollo saludable de las chicas”.

Incremento del sexo entre menores

En declaraciones al Telegraph, la doctora Jean Kilborune, coautora de un libro de próxima aparición titulado "Tan sexys, tan pronto: La sexualización de la niñez", veía una relación directa “entre lo que está pasando y el incremento del sexo entre menores”. “Ves esos vestidos por todas partes, camisetas ajustadas para niñas pequeñas que dicen ‘Tantos chicos y tan poco tiempo’, esa clase de cosas”, afirmaba Kilbourne antes de concluir cómo "los padres creen que eso demuestra inteligencia pero dejan de pensarlo cuando sus hijas se convierten en sexualmente activas a los doce años".

En el punto de mira se encuentran juguetes como las muñecas Bratz -de las que hace ya algunos años se dice que han desbancado en popularidad a las Barbies-, enfocadas hacia niñas a partir de los ocho años y promocionadas bajo el eslógan “Las únicas chicas con pasión por la moda”.

La batalla de los "valores familiares"

En medio de una abierta y descarnada tensión dentro del propio gobierno laborista británico por “los valores familiares”, y cuando las Naciones Unidas acaban de declarar a los niños y jóvenes británicos como los más “infelices” del mundo desarrollado en medio de un caos de “familias adoptivas o de un solo cónyuge”, el nuevo ‘progresismo’ de la psicología anglosajona cuestiona si la “liberación” de la “sumisión femenina” pasa por que las niñas se conviertan en objetos sexuales desde que apenas se sostienen en pie, con el agrio ejemplo de la extremadamente precoz “sexualización” de artistas juveniles de referencia como Britney Spears, y bajo el cada vez más común mantra en Estados Unidos o el Reino Unido de que “las chicas sólo necesitan ser jóvenes” y no caer “bajo la explotación de su joven sexualidad en público”.

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