jueves, 19 de octubre de 2006

Los efectos del alcohol y drogas se extienden como la pólvora

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Los adolescentes reconocen pérdidas de memoria y depresiones por culpa del cannabis.

De nada parecen servir las campañas: en diez años el consumo de cannabis aumentó un 50%, y el de cocaína se multiplicó por cuatro. Y no paran de beber.

18 de octubre de 2006. Los especialistas llevan años alertando a la población. Lo que hoy es un problema de consumo de alcohol y drogas, mañana puede convertirse en serios problemas de salud. El mañana ya ha llegado, y los altos índices de consumo de los adolescentes españoles no han pasado en vano. Ya no es cuestión de tener en cuenta el riesgo de adicción, que es grande, no son tantos los drogadictos y alcohólicos como los jóvenes que empiezan a sufrir pérdidas de memoria o depresión.

Las cifras no engañan. Un 90% de los estudiantes europeos de 15-16 años han bebido alcohol alguna vez en la vida y la edad media de inicio se sitúa en los 12 años. La primera borrachera se alcanza a los 14 y la cantidad media consumida en una sola ocasión por estos adolescentes supera los 60 gramos de alcohol. La diversión se acaba cuando empieza la cruda realidad, ya que el alcohol es la causa que provoca unas 60 enfermedades y dolencias diferentes, incluyendo lesiones, trastornos mentales y del comportamiento, afecciones gastrointestinales, cánceres, enfermedades cardiovasculares, pulmonares y músculo-esqueléticas, trastornos reproductivos, así como daño prenatal, mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer.

Esta es una de las conclusiones que se desprenden estudio "El alcohol en Europa: Una perspectiva de salud pública", elaborado por el Instituto para el Estudio del Alcohol, en Reino Unido.

No hace falta irse tan lejos para comprobar que los largos brazos de la adicción se extienden por España. La última encuesta de población escolar refleja que el 63% de los adolescentes consume alcohol de forma habitual y el 26% cannabis.

Las chicas, más que los chicos

Esta semana se hacía público un estudio elaborado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona, según el cual, dos de cada diez adolescentes barceloneses de 14 a 16 años reconoce sufrir pérdida de memoria, depresión y dificultades para estudiar como consecuencia del consumo de "cannabis" o porros.

La edad media de inicio en el consumo de drogas es un poco más alta que en el caso del alcohol (13 años), pero está bajando con el paso de los años. De hecho, desde 1995 el consumo de cannabis ha aumentado un 50%, y el de cocaína se ha cuadruplicado desde ese año.

Por si esto fuera poco, las chicas entran con fuerza en el consumo de "porros" y ya son más que ellos (un 18,6% frente a un 17%) y consumen con mayor asiduidad. No en vano, 36,7% de alumnos lo ha probado alguna vez y el 10,7% admite consumirlo habitualmente.

Y además, gratis

Agrava la situación, la facilidad con la que consiguen esta droga. En el 88,3% de los casos esta sustancia es proporcionada por un compañero o amigo, y en el 93,3% de las veces "sin pagar".

Sobra decir que no es un caso aislado. Sin ir más lejos, desde el pasado mes de enero la Guardia Urbana de Vitoria (Álava) ha abierto ya 181 expedientes a estudiantes que consumían drogas en colegios o en calles próximas.

Si a esto le sumamos que entre los problemas mentales más a menudo asociados a los comportamientos suicidas se encuentra el abuso de drogas y alcohol, el cocktail resulta explosivo.

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