lunes, 5 de diciembre de 2005

La interrupción estructurada de la terapia antirretroviral, opción para limitar resistencias y toxicidad en niños VIH+


La interrupción estructurada del tratamiento antirretroviral es una opción útil en pacientes pediátricos infectados, especialmente en los países sin recursos en los que el coste de los fármacos impide que todos los niños infectados sean tratados adecuadamente, según ha explicado María Jesús Mellado, del Hospital Carlos III, de Madrid.

"La alta toxicidad de la terapia antirretroviral y la elevada esperanza de vida que presentan los niños con VIH nos debe llevar a desarrollar estrategias que limiten la toxicidad de los fármacos; la interrupción estructurada del tratamiento en pacientes muy controlados y con una situación inmunológica adecuada podría ser una de ellas". En este momento se están realizando varios estudios para comprobar la validez de este concepto y algunos registran interrupciones de hasta dos años sin complicaciones. Uno de los grupos en el que se está estudiando esta posibilidad es el de adolescentes que dejan de tomar el tratamiento por decisión propia o que tienen una tasa muy baja de cumplimiento, con lo que es preferible retirarles totalmente el tratamiento antes de que acumulen resistencias.

Incumplimiento
De hecho, el cumplimiento "es uno de los caballos de batalla en el control del VIH infantil, ya que los niños deben tomar un gran volumen de jarabes y pastillas al día, y el seguimiento, tanto del paciente como de la familia, debe ser mucho más estrecho".

Pero el abordaje de los niños con VIH no sólo implica un buen control farmacológico; "también se deben tener en cuenta los aspectos psicológicos asociados a la enfermedad. Hablamos de niños que deben combatir la estigmatización y pueden presentar problemas en sus relaciones con los demás desde el momento en el que conocen que tienen la enfermedad hasta que llegan a la adolescencia".

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