miércoles, 23 de enero de 2013

El tratamiento del VIH justo después de su infección retrasa los daños sobre el sistema inmunológico


Según un estudio publicado en New England Journal of Medicine, un tratamiento antirretroviral de 48 semanas administrado en fases tempranas de la infección por VIH ralentiza la aparición de daños en el sistema inmunológico y retrasa la necesidad de tomar el tratamiento a largo plazo.


El estudio, que es el más amplio en su categoría, muestra que el tratamiento reduce la cantidad de virus en la sangre hasta sesenta semanas después de detenerlo, un hecho que reduce potencialmente el riesgo de transmisión.

SPARTAC (Short Pulse Anti-Retroviral Therapy at HIV Seroconversion) es un ensayo clínico aleatorio que se desarrolló durante más de cinco años e involucró a 366 adultos, mayoritariamente mujeres y hombres heterosexuales de 8 países.

Se financió a través de Wellcome Trust (Inglaterra) y lo coordinaron investigadores del Imperial College London y la Unidad de Ensayos Clínicos del Medical Research Council (Inglaterra), con la participación de la Universidad de Oxford para la investigación inmunológica. El único participante español fue el Servicio de Enfermedades Infecciosas y Sida del IDIBAPS- Hospital Cliníc de Barcelona, dirigido por Josep Maria Gatell, principal investigador del equipo y miembro del Comité Directivo de SPARTAC.

Todos los voluntarios de este ensayo clínico fueron identificados durante los seis meses posteriores a la infección por VIH y se distribuyeron al azar entre un grupo que recibió antirretrovirales durante 48 semanas, otro que lo recibió durante 12 y un último que no recibió medicación (el último grupo corresponde a la práctica estándar actual en el tratamiento del VIH cuando se detecta la infección). Los investigadores midieron el tiempo que tardó cada voluntario en alcanzar unos niveles de células T CD4 inferiores a las 350 células por milímetro cúbico y/o comenzar la medicación con antirretrovirales de por vida.

Los resultados apuntan que, de promedio, los participantes que no habían recibido el tratamiento antirretroviral inmediatamente debían comenzar con el tratamiento definitivo de 157 semanas después de la infección. Los del grupo que habían recibido un tratamiento de 12 semanas justo después de la infección tuvieron que empezar el tratamiento definitivo de promedio al cabo de 184 semanas después de la infección. Por último, los voluntarios que recibieron antirretrovirales durante 48 semanas pasaron 222 semanas sin tener que empezar el tratamiento a largo plazo- un retraso de 65 semanas.

Por otro lado, los participantes del grupo que recibió 48 semanas de tratamiento inicial presentaron durante todo el estudio unos recuentos de células T CD4 más elevados que los de los otros dos grupos, reduciendo potencialmente el riesgo de desarrollar infecciones secundarias como la tuberculosis.
Los investigadores no encontraron evidencias de que comenzar el tratamiento durante los seis meses posteriores a la infección pudiera producir resistencias en el virus o que su suspensión provocara muertes inesperadas o daños en el sistema inmunológico.

Sarah Fidler, doctora del Imperial College London, dirigió el estudio y declara: "Estos resultados son prometedores y sugieren que un tratamietno que dure un año para gente recién infectada por el VIH podría tener algunos beneficios tanto sobre su sistema inmunológico como en el control del virus."


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