jueves, 18 de septiembre de 2008

Legalizar la prostitución la agrava

En el estado australiano de Victoria la legalización de la prostitución sólo ha favorecido su crecimiento. Cuando a la esclavitud o a la droga se les da aire...


En el debate sobre el tratamiento legal de la prostitución no hay acuerdo ni en las filas feministas. Unas defienden que la prostitución es siempre un comercio degradante que hay que perseguir. Otras sostienen que la legalización erradicaría los principales males de la prostitución y garantizaría los derechos de las “trabajadoras del sexo”. Más allá de los argumentos enfrentados, la experiencia ofrece sus propias lecciones. El estado australiano de Victoria legalizó la prostitución en 1984. Con la perspectiva de más de veinte años, la profesora Mary Lucille Sullivan ha examinado las consecuencias en un documentado libro, Making Sex Work (1).


Su análisis le lleva a concluir que la legalización ha sido un fiasco: la prostitución no ha disminuido sino que se ha convertido en un floreciente negocio; más mujeres se han visto involucradas en él, también menores de edad, y pocas lo han abandonado voluntariamente.


Sullivan, una profesora universitaria feminista, recuerda que en los años ochenta el feminismo abandonó la idea de que la prostitución era en sí misma una violencia contra la mujer, y empezó a explicar los abusos en términos postmodernos. Las feministas decían que considerar la prostitución como una actividad sexual desviada era lo que había creado un marco legal y social que negaba a las prostitutas sus derechos humanos. Si se quitaba ese marco legal y ese estigma social, las mujeres de la industria del sexo podrían gozar de los derechos de cualquier trabajadora. Para protegerlas, había que defender sus derechos y presentarlas como una minoría sexual perseguida.


El Colectivo de Prostitutas de Victoria (PCV) hizo suya esta estrategia. Defendía que la legalización minimizaría los riesgos para las prostitutas, al favorecer un mejor acceso a la atención sanitaria, un ambiente de trabajo más seguro y la creación de programas de ayuda para las mujeres que quisieran dejar la prostitución.

También hicieron frente común con el movimiento gay, unidos por el objetivo común de defensa frente al sida. Además, para ganar legitimidad ante el Estado, adoptó la línea de que su papel era promover los derechos sexuales de las prostitutas y favorecer las medidas de salud en la industria del sexo.


Feministas de entonces defendían que la explotación de mujeres por la prostitución desaparecería cuando la sociedad viera la industria del sexo como cualquier otra. Y los abusos que pudieran darse deberían ser tratados como una infracción de los derechos de las trabajadoras.


Pero los resultados han sido muy distintos. El detallado estudio de Sullivan muestra que en el estado de Victoria de 1984 a 2004 los “proveedores de servicios sexuales” han pasado de 40 a 184, y la prostitución ilegal se estima como un mínimo en cuatro veces más que en los otros estados que penalizan la prostitución. Para responder a la creciente demanda, más mujeres se han visto involucradas en la prostitución. Los proveedores de servicios sexuales han aumentado sus beneficios. Y también el estado se ha aprovechado de la expansión de la industria del sexo, por los ingresos por licencias e impuestos, así como por el aumento del turismo sexual.


En teoría, el dinero ingresado por el estado debería haber servido para financiar programas dirigidos a las prostitutas que desearan abandonar el sector, pero esos programas nunca se crearon.

Frente a las teorías de esas otras feministas, Sullivan prefiere explicar el fenómeno de la prostitución con las herramientas intelectuales del feminismo radical, caracterizándolo como una forma de violencia patriarcal al servicio de los negocios y de la clientela masculina.


Sin embargo, algún comentarista del libro ha hecho notar que el Prostitution Control Board de Victoria estaba dominado por “madams”. En cuanto a las mujeres reclutadas para la prostitución, no eran pobres chicas que no tenían otro recurso, sino chicas a las que se presentaba el trabajo como un medio de ser “mujeres de negocios” y de prosperar en la vida.

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(1) Making Sex Work. A Failed Experiment with Legalised Prostitution. Spinifex Press. Melbourne (2008). 235 págs.

Comite Independiente AntiSida

Describen cómo las ETS elevan el contagio por VIH


Los individuos con alguna enfermedad de transmisión sexual (ETS) tienen mayor riesgo de infectarse con el VIH si se exponen al virus a través del contacto sexual.

DM Nueva York 10/09/2008

Aunque se han propuesto varias explicaciones, hasta ahora no estaba claro por qué y cómo este efecto de las enfermedades de transmisión sexual. Ahora, el equipo que dirige Teunis Geijtenbeek, del Centro Médico de la Universidad Libre de Amsterdam, en Holanda, ha descrito una manera por la que las enfermedades de transmisión sexual pueden aumentar la adquisición de la infección por VIH-1 en modelo de explante cutáneo humano ex vivo y esperan que sea susceptible a la modulación terapéutica para prevenir la transmisión del VIH. Los resultados de su estudio se publican en el último número de Journal of Clinical Investigation.

En dicho modelo, aunque las células inmunes inmaduras (células de Langerhans) capturaron el VIH, no transmitieron de forma eficiente el virus a las células T, algo esencial para el desarrollo de la enfermedad. En contraste, se observó una transmisión eficiente del virus si las células de Langerhans eran activadas por estímulos inflamatorios.

Teniendo en cuenta que los agentes infecciosos que causan las enfermedades de transmisión sexual provocan el mismo estímulo inflamatorio en los explantes vaginales y dérmicos, los autores sugieren que en presencia de dichos agentes las células de Langerhans podrían activarse y, de ese modo, aumentar el riesgo individual de resultar infectado por el VIH. Además, los datos de esta investigación sugieren que las terapias antiinflamatorias podrían proporcionar una nueva vía para prevenir la transmisión del VIH.


Comite Independiente AntiSida

Casi 10.000 adolescentes recibirán educación afectivo-sexual basada en los valores


Educar en valores

Médicos de diferentes especialidades, unidos en el denominado proyecto Edith Stein, hablarán a los adolescentes de las relaciones sexuales y los embarazos no deseados.

REDACCIÓN HO.- El alarmante incremento del número de embarazos en menores de 19 años, la sobreabundancia de información sobre salud sexual y la falta de eficacia de las campañas oficiales sobre este problema ha llevado a una serie de médicos a poner en marcha un proyecto innovador de educación afectivo-sexual para adolescentes.

Desde este curso, médicos especialistas en Psiquiatría, Ginecología, Andrología, Sexología y Atención Primaria impartirán charlas y talleres a alumnos de Educación Secundaria y Bachillerato de los colegios e institutos que lo soliciten. El Proyecto, de iniciativa privada, se denomina Edith Stein y, según el Dr. José Jara, uno de sus impulsores, parte de un presupuesto realista: las políticas de información sexual para adolescentes han fracasado. "De hecho", asegura Jara, "medidas como la distribución masiva de la píldora del día después no han contribuido a disminuir los embarazos sino a incrementarlos; se ha producido un efecto boomerang ya que se ha transmitido a los adolescentes una falsa sensación de seguridad". Además, según Jara en torno a un 40 por ciento de las relaciones sexuales entre adolescentes están asociadas al consumo de alcohol o de drogas, lo cual favorece que se tomen el sexo como un juego sin repercusiones.

Por su parte, Alfonso Aguiló, coordinador del Proyecto, resume las innovaciones de su programa de educación afectivo-sexual. "Implicar a los padres y profesores en el mismo proyecto educativo, educar de manera integral la afectividad (no sólo la sexualidad), enseñarles a dominar los propios impulsos y favorecer unas relaciones de pareja acordes con su edad y crecimiento emocional".

La formación consistirá en charlas a padres, educadores y alumnos en formato de talleres de asistencia voluntaria. Actualmente, el Proyecto se ofrece a centros educativos aunque en el futuro se pretende colaborar con las Consejerías de Educación autonómicas. En apenas unos meses de existencia, el Proyecto Edith Stein de formación afectivo-sexual de adolescentes ha recibido peticiones de numerosos centros educativos. Durante el curso escolar que ahora empieza, participarán en este proyecto casi 10.000 alumnos de toda España, especialmente de la Comunidad de Madrid.

El Proyecto Edith Stein nace dentro la Fundación Tertio Millennio, para mantener la identidad cristiana de los centros educativos. La Fundación tiene carácter benéfico-docente, es de naturaleza permanente, privada, tiene su sede en Madrid y desarrolla sus actividades en todo el territorio nacional. El pasado 12 de septiembre, los promotores del proyecto organizaron una Jornada de presentación, a la que asistieron más de un centenar de educadores.

Para más información:

  • Los centros educativos y padres interesados en que se impartan estas jornadas pueden contactar con: Cintia Lamela, en el teléfono 91 533 83 10.
  • Web: http://www.proyectoedithstein.es


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