domingo, 5 de abril de 2009

Educación sexual, aborto y sida

domingo, 05 de abril de 2009
Pedro Trevijano

Sobre el tema del aborto es indudable que podemos tomarlo desde varios puntos de vista: El religioso: que lo condena claramente porque es una violación directa del quinto mandamiento, que dice «no matarás». Me sorprende la actitud de nuestros dirigentes socialistas, que a la vez sostienen el no a la pena de muerte, con una postura en la que coinciden con la de la Iglesia Católica, pero discrepan en que admiten la pena de muerte para personas inocentes, que no otra cosa es el aborto.

El científico: ¿Se trata de vida humana, sí o no? Aquí se oyen toda clase de falsedades. En un programa de TVR se afirmó que hasta las veinte o veintidós semanas no había vida humana. Enseñé la foto de un feto de 12 semanas, que sin duda es un ser humano. La ministra de Igualdad nos habla de su comisión de expertos, todos proabortistas y algunos con fuertes intereses económicos en la cuestión. Los mejores científicos españoles, no charlatanes que nos dicen que van a curar la diabetes, en el 'Manifiesto de Madrid' afirman que «existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación».

El jurídico: Se nos dice que la Ley trata de impedir que la mujer que aborta vaya a la cárcel. Desde la democracia por lo menos, ninguna mujer ha ido a la cárcel por este motivo. ¿No se tratará de facilitar la tarea de los centros abortivos e impedir que nadie les dé un susto legal?

El educativo: Aquí en teoría todos estaríamos de acuerdo. El problema está en qué entendemos por educación. Mientras que para los creyentes la sexualidad está al servicio del amor, para los dirigentes socialistas y muchos de otros partidos tan solo sirve al placer y ser responsable es evitar el embarazo y las enfermedades venéreas con el uso del preservativo. Por ello hablar a nuestros adolescentes de valores morales como la abstinencia y la fidelidad, ¡hasta semejante aberración podríamos llegar! Cada año aumentan los abortos en adolescentes y mayores y todavía más tras la realización masiva de estas campañas. Pero el remedio está en más de lo mismo, aunque esté claro que no funciona, pero es que como no saben dominarse ni ser personas libres, no piensan ni creen que hay montones de adolescentes que sí lo son o pueden serlo.

Los filósofos medievales decían: «contra el hecho no valen argumentos». Nuestros ideólogos zurdos nos dicen con sus resabios marxistas «contra la ideología no valen hechos». En consecuencia la fórmula ABC, también defendida por científicos serios no creyentes, como J. Bernard, es decir abstinencia, creemos en el valor de la castidad y del dominio de sí como la mejor preparación para poder el día de mañana formar una familia. Un ginecólogo me dijo que el porcentaje de fallos (embarazos por año de quien emplea un método anticonceptivo) del condón era el 4%; a mí me salía el 15. En un Congreso de Ginecología me callé hasta que otro congresista dijo: a mí no me sale el 4, sino el 15». Así la fórmula ABC se ha usado con gran éxito en Uganda, realizando una educación sexual seria que ha reducido notablemente el porcentaje de los que contraen sida.

El social: ¿Quién hay más desvalido que un bebé antes de nacer? ¿Quién se preocupa más de los pobres, marginados, y enfermos de sida sino la Iglesia?


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