lunes, 20 de junio de 2005

Más de un millón de estadounidenses infectados con el virus del sida

Rebrote de la infección. Los nuevos antirretrovirales permiten una mayor supervivencia de los pacientes con sida; sin embargo, la prevención sigue siendo un reto para las autoridades sanitarias.

Elmundosalud.es

Por primera vez desde la década de los ochenta, cuando la epidemia de VIH hizo su aparición en el panorama mundial, el número de estadounidenses infectados con el virus del sida supera ya el millón de personas. La cifra indica que ha mejorado la supervivencia de los afectados gracias a las nuevas terapias antirretrovirales, pero también que están fracasando las estrategias de prevención.

Las estadísiticas, dadas a conocer por los Centros de Control de las Enfermedades de EEUU (los llamados CDC), señalan que en diciembre de 2003 entre 1.039.000 y 1.185.000 personas en aquel país eran portadoras del virus de la inmunodeficiencia humana, la causa de más de 22 millones de muertes en todo el mundo desde 1981.

La noticia ha puesto de manifiesto el fracaso de las autoridades sanitarias de aquel país, que pretendían reducir a la mitad el número de nuevas infecciones para el año 2005. Desde la década de los noventa, esta cifra parecía haberse estabilizado en los 40.000 nuevos casos anuales; sin embargo, las nuevas estadísticas hacen pensar que la realidad se acerca más a los 60.000, según cálculos de Carlos del Río, especialista de la Universidad de Emory (EEUU), divulgados por la agencia AP.

De ellos, casi la mitad (47%) son negros, una desproporción si se tiene en cuenta que este grupo étnico sólo representa el 13% del total de ciudadanos en EEUU. El 67% de los afroamericanos portadores del virus desconocía su situación, un porcentaje tres veces mayor al de los blancos.

Nuevos perfiles

Por su parte, el 45% de los portadores son homosexuales o bisexuales. "La epidemia de VIH, inicialmente más preminente entre varones homosexuales de raza blanca, se ha extendido a grupos más amplios de población", ha reconocido Ron Valdiserri, director de los programas de los CD para el sida, la tuberculosis y otras enfermedades de transmisión sexual.

Del Río, por su parte, ha culpado a la administración Bush de estar debatiendo demasiado "qué hacer, pero sin hacer lo suficiente". A su juicio, "tenemos un claro fallo de prevención y los CDC no están aportando suficientes fondos para esta materia.

Por su parte, Ronald Valdiserri, director del centro para el VIH de los CDC, ha reconocido que las mejoras en los tratamientos, "que permiten a los pacientes infectados vivir más tiempo", representan a su vez "nuevos retos en materia de prevención que tendremos que abordar".

A su juicio, ofrecer la prueba del sida e informar sobre métodos de prevención entre homosexuales de minorías étnicas y otros subgrupos de riesgo (cada vez más mujeres y heterosexuales con relaciones de riesgo) es fundamental "si se quiere detener la escalada de nuevas infecciones".

Paradójicamente, el país que describió por primera vez esta enfermedad nunca ha tenido unas estadísticas claras sobre nuevas infecciones por la falta de un registro nacional.

En la década de los noventa, los CDC y otras agencias estatales se pusieron de acuerdo en cifrar entre 600.000 y 900.000 el número de estadounidenses portadores, rebajando así el millón y medio que se manejó en los ochenta y que parecía demasiado elevado.