miércoles, 10 de marzo de 2010

Montagnier: 'Hay que centrar los esfuerzos en la vacuna terapéutica contra el VIH'





BARCELONA.- En la aceptación del Nobel de Medicina en 2008, el virólogo Luc Montagnier dijo que se podría conseguir una vacuna contra el sida en unos cinco años. En 2010 cree que aún es posible, sobre todo en el caso de la vacuna terapéutica, que persigue erradicar la infección en personas seropositivas, algo que no consiguen los tratamientos actuales. El investigador francés ha pasado fugazmente por Barcelona para participar en el Congreso de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD).
Tras el fracaso de ciertos ensayos con vacunas para prevenir la infección, Montagnier ha explicado a ELMUNDO.es que habría que aunar esfuerzos para el desarrollo de una vacuna terapéutica, pero para ello "necesitamos disponer de todos los recursos económicos necesarios. Es importante que las grandes organizaciones filantrópicas, como, por ejemplo, la Fundación Bill y Melinda Gates, comprendan que sería mucho más fácil conseguir un tratamiento que cure a los enfermos que no uno que prevenga la infección", ha asegurado el investigador francés, al tiempo que ha precisado que este cambio de concepto es especialmente importante en el caso de África.
En el África Subsahariana las organizaciones humanitarias tienen dificultades para llegar a todos los afectados, ya no sólo por problemas políticos o logísticos sino por los estigmas asociados a la enfermedad. "La gran mayoría de los pacientes no quiere hacerse la prueba, porque teme el rechazo de su familia o perder su puesto de trabajo", afirma Montagnier, que dirige la Fundación Mundial para la Investigación y Prevención del Sida, una iniciativa de la UNESCO que actúa en varios países de la zona. "Si pudiéramos ofrecerles un tratamiento que curara la enfermedad", añade, "estoy seguro de que podríamos llegar a toda la población afectada y bloquear la epidemia".

Tratamiento combinado

Se sabe que alrededor de un 3% de los infectados por el VIH no llega a desarrollar la enfermedad. Se trata de individuos cuyo sistema inmunitario es capaz de mantener el virus a raya y que, por tanto, no necesitan seguir un tratamiento con antirretrovirales. En este sentido, el especialista galo ha apostado por reforzar el sistema inmunitario de los enfermos mediante tratamientos complementarios, puesto que "los antirretrovirales no curan, sólo reducen mucho la replicación del VIH". Por eso, considera que el tratamiento debería complementarse con productos capaces de potenciar la inmunidad y de ahí la importancia de la vacuna terapéutica. A falta de ella, apuesta por complementar el tratamiento con suplementos antioxidantes.
De hecho, el Nobel francés ha acudido a Barcelona para dar una charla sobre los efectos patológicos del estrés oxidativo y los beneficios de tomar antioxidantes. Según él, los radicales libres —moléculas de oxígeno muy reactivas que dañan las estructuras celulares— están detrás de muchas enfermedades, como el cáncer y las enfermedades neurodegenerativas, y además debilitan al sistema inmunitario. Preguntado sobre su relación con las empresas que producen algunos de los suplementos que ha citado en su ponencia, Montagnier ha asegurado no tener ningún interés comercial en ellas, si bien en algunos casos ha participado en su desarrollo como asesor científico.
Controvertido o no, lo cierto es que este giro hacia la complementación de tratamientos médicos mediante suplementos y extractos de plantas no es nuevo en la carrera de este laureado investigador, quién ha asegurado estar interesado por algunos de estos productos desde los años 90. Montagnier ha defendido la medicina preventiva tanto desde el punto de vista médico como del paciente, que "debe adoptar también una actitud de prevención" y controlar aspectos como la alimentación y ciertos hábitos que pueden influir en la calidad de vida


Comite Independiente AntiSida

Pequeñines no, gracias



Magnífico artículo de  Mayte Ciriza  ante el anuncio de fabricación de minicondones destinados a niños de doce años.


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Es probable que algunos niños -sí, escribo conscientemente niños porque creo que es la palabra más adecuada para la edad- suizos, franceses o españoles de 12 años apenas superen en altura el mostrador de algunas farmacias; o que necesiten una banqueta para alzarse hasta alguna de las máquinas dispensadoras de preservativos. Sin embargo, tal y como publicaban los medios de comunicación la semana pasada, los niños de esa edad en Suiza van a disponer de preservativos fabricados específicamente para el sector de edad comprendido entre los 12 y 14 años.

Los minicondones suizos se llaman Hostshot y son igual de largos que los normales, aunque tienen casi un centímetro menos de diámetro. Todo esto viene por las conclusiones de un estudio de la 'Comisión Suiza para la infancia y la juventud', según el cual los niños de entre 12 y 14 años de edad tienen más relaciones sexuales que hace una década, y una cuarta parte de los chavales entrevistados se quejan de que el preservativo estándar es demasiado grande para ellos.

La barbaridad no es fabricar o repartir condones para los niños de 12 años. La barbaridad es mantener relaciones sexuales a esa edad y que la sociedad se quede tan ancha. Lo que hay que repartir es educación sexual, porque con esas edades no se tiene la madurez física o intelectual suficiente para conocer plenamente las consecuencias de mantener relaciones sexuales, lo que, desde luego, no es un juego de niños. Algo está fallando en nuestra sociedad cuando lo único que se nos ocurre es repartir preservativos entre chavales de 12 años.

A este paso, ¿dónde queda la infancia? Creo que es un deber y una responsabilidad de las familias y de la propia sociedad proteger la inocencia de los hijos. Se está sexualizando a las niñas y niños desde la más tierna infancia: con las modas, con las series de televisión, con la publicidad, y, claro, esto tiene consecuencias. A estas edades es más apropiado ocuparse y divertirse con actividades acordes con su nivel de madurez, y tienen otras cosas que hacer: estudiar, jugar, salir en grupo. en fin, ir descubriendo la vida. Pero de ahí a tener relaciones sexuales completas con 12 años, hay un abismo.

Lo que hemos visto anunciado, entre la sorpresa y la incredulidad, puede ser sólo un anticipo de lo que a buen seguro llegará a España. Después del aborto a los 16 años -que en sí mismo es una barbaridad, y encima sin consentimiento ni conocimiento de los padres- podemos esperarnos cualquier cosa.

Como medida 'profiláctica' (nunca mejor dicho) se me ocurren, entre otras, campañas de sensibilización y educativas como las que se hacen para fomentar conductas cívicas. Todos sabemos de la importancia que las campañas de vida saludable, de prácticas responsables, desempeñan en cualquier sociedad democrática y desarrollada. Y si se le quiere dar el tono frívolo que ha impregnado las noticias sobre el tema, pues nada, podemos reutilizar aquella pegadiza campaña publicitaria, música incluida, que decía 'pequeñines no, gracias, debes dejarlos crecer'.


Comite Independiente AntiSida