sábado, 4 de abril de 2009

La sífilis se desboca


El auge de las infecciones sexuales hace temer la llegada de otra epidemia de sida

04.04.2009 -FERMÍN APEZTEGUIA

Si cabía alguna duda, ya no la hay. La sífilis y la gonococia han vuelto con fuerza y, lamentablemente, con intención de quedarse. Un informe elaborado por el Ministerio de Sanidad con los datos recogidos por la red de centros especializados en el diagnóstico y tratamiento de infecciones de transmisión sexual (ITS) de España revela una «creciente» y «preocupante» tendencia al alza de ambas enfermedades. Hace sólo 25 años se creyeron superadas. Hoy, en los albores del siglo XXI, se han convertido de nuevo en una amenaza sanitaria, que advierte, además, de un posible repunte de la epidemia de VIH/sida. En esto, como en otras cosas, la tendencia la marcan Estados Unidos y el norte de Europa; y allí ya ha ocurrido. El documento con el que trabaja el Gobierno no deja lugar a dudas: «Es esencial ofertar la prueba del sida a toda persona diagnosticada de cualquier ITS», advierte el escrito.

Ese informe, al que ha tenido acceso EL CORREO, se ha elaborado con la información recogida entre julio de 2005 y diciembre de 2007 en los quince centros que forman en España la red centinela de vigilancia epidemiológica de las infecciones de tipo sexual. Sífilis y gonocia son dos patologías de las llamadas de declaración obligatoria, lo que significa que los médicos que las diagnóstican están obligados a informar semanalmente del número de casos que detectan. Los datos recogidos no sólo permiten verificar el despegue de ambas enfermedades, sino que sirven para hacer una radiografía detallada del alcance del problema.

Perfil del afectado


El trabajo firmado por la Fundación para la Investigación y Prevención del Sida (FIPSE), el primero de sus características que se realiza en el conjunto del país, cifra en 1.918 el número de casos diagnosticados de una y otra enfermedad en los dos años y medio que se analizaron. A primera vista, esos casi dos mil pacientes pueden parecer pocos, pero no lo son. Debe tenerse en cuenta que durante décadas, los médicos no diagnosticaron una sola sífilis o gonococia en España; o que cuando lo hicieron fue en ocasiones muy puntuales. La situación ahora es distinta. Ahora se trata ya de un problema de salud pública.

Los pacientes no son adolescentes o jóvenes que vivieron ajenos al nacimiento y expansión del sida en el mundo. Tampoco personas sin cultura ni preparación. El perfil del afectado se corresponde con el de un hombre de casi 35 años con estudios secundarios o superiores (58%), un poco más joven entre los casos de gonococia (31,6) y las mujeres. Seis de cada diez, algo más en realidad, son españoles y los cuatro restantes, inmigrantes procedentes en su mayor parte de Latinoamérica, aunque también los hay, en menor medida, de Europa del Este y África subsahariana.

La sífilis es una enfermedad que se anuncia con una llaga en la zona de contacto llamada chancro y que tiene el problema de que desaparece, a pesar de seguir ahí latente durante semanas. Pasado ese tiempo, vuelve a manifestarse con erupciones. La infección se supera con una simple inyección de penicilina, aunque las sífilis tardías suelen desencadenar serias complicaciones. La mayoría de los diagnósticos se realiza, no obstante, en los primeros compases del mal. En la gonococia o gonorrea, lo normal suele ser, según este informe, que se detecte cuando la infección ha provocado ya la inflamación de la uretra.

Un 40% repiten


Algunos de los datos contenidos en este documento resultan llamativos. 27 de los 1.891 pacientes atendidos presentaron no una, sino ambas infecciones; y un 40% de todos ellos ya había sido atendido previamente por sufrir alguna de estas dos enfermedades. Con ser preocupante el resurgir de enfermedades que se creyeron vencidas, lo que más agobia a los responsables de salud pública es la estrecha relación que hay entre estas patologías y el sida. Una y otra provocan lesiones que favorecen la entrada del virus del sida en el organismo. El 21,5% de los pacientes estaba coinfectado por el VIH y hubo un 4,2% de personas que ignoraban su condición de seropositivo cuando acudieron a la consulta de ITS.

El mecanismo de transmisión de las infecciones varía, curiosamente, entre los españoles y los inmigrantes. Entre la población local, las prácticas homosexuales no protegidas son mayoría (63,1%), mientras que entre los extranjeros fue consecuencia de relaciones heterosexuales. En ambos casos falló la prevención.

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Nota de transcripción: El 37% de los mal llamados protegidos también se infectó. Muy probablemente se hubieran librado de saber que no están seguros.

Comite Independiente AntiSida

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