miércoles, 24 de noviembre de 2010

Algunas reflexiones sobre los condones, los homosexuales las relaciones conyugales y lo dicho por el Papa Benedicto


La homosexualidad masculina, la del chapero -para no confundirlo con el que se prostituye con mujeres- no solo es desordenada desde el punto de vista sexual y contraria a la naturaleza sino que es mucho más peligrosa desde el punto de vista de la salud. Las prácticas sodomitas suponen un mayor riesgo de enfermedades e infecciones y por si fuera poco si un condom es ya poco fiable en una relación sexual hombre-mujer, en gays es mucho mucho más arriesgada. La mayoría de ellos, de los prostitutos, son portadores del virus del Sida o enfermos de Sida.

En mujeres la prostitución se ejerce habitualmente bajo la presión de proxenetas y ellas tienen mayor interés en salir de esta situación, incluso cuando van por libre, algo que no ocurre habitualmente en los varones.  -CIAS se ocupa de que se luche contra esta forma de esclavitud pero no voy a entrar ahora en ese problema que ya se hace en otras ocasiones- De ahí que esas expresiones del Papa en el libro Luz del mundo de Peter Seewald:

There may  be a basis in the case of some individuals, as perhaps when a male prostitute uses a condom, where this can be a first step in the direction of a moralization, a first assumption of responsibility, on the way toward recovering an awareness that not everything is allowed and that one cannot do whatever one wants. But it is not really the way to deal with the evil of HIV infection. That can really lie only in a humanization of sexuality
Puede haber una base en el caso de algunos individuos, como tal vez cuando un prostituto utiliza un condón, donde esto puede ser un primer paso en la dirección de una moralización, un primer supuesto de responsabilidad, en el camino hacia la recuperación de la conciencia de que no todo está permitido y que no se puede hacer lo que uno quiere. Pero no es realmente la manera de lidiar con el mal de la infección por el VIH. Que realmente solo puede venir de una humanización de la sexualidad.

Si algo sirve para no hacer daño, es decir, para tomar conciencia de que no pueden transmitir una enfermedad o enfermedades mortales, quizá estarían empezando un trayecto hacia una humanización… un «no hacer daño»

La respuesta que ha da el Papa la he visto anteriormente en otros profesionales de la salud, cuando los pacientes se ven incapaces de abandonar el hábito: «Si te te empeñas en nadar entre tiburones usa un traje de buzo...» Más que un consejo es una invitación a la reflexión. Conviene tener en cuenta que por lo común se niegan a usar condones y que en ocasiones se contrae el virus voluntariamente.

Simplificando los aspectos del uso del condom por parte de la moral, podríamos decir que atenta contra el sexto mandamiento, al impedir una relación sexual humana dentro de la unidad conyugal y la fecundidad. Dichos aspectos están absolutamente excluidos en los homosexuales y en el caso de ser extramatrimoniales también anulan el aspecto procreativo. Obviamente si algo es malo dentro del matrimonio es peor fuera de él. Conducir a 250 Km por hora es peligroso, hacerlo por el carril contrario es mucho peor.

Y volviendo al SIDA, el contagio propio o del otro constituye un atentado a la salud y por lo común, al ser una enfermedad incurable, a la vida. Sería, pues, dentro del esquema, una infracción del quinto mandamiento.

Así pues, la sodomía se considera más grave que la simple fornicación, si bien, desde el punto de vista de una infracción sexual, nada le empeora una barrera, pues no hay un aspecto unitivo ni procreativo que guardar. Desde el punto de vista de la realidad, los sodomitas, se exponen incluso con condom a más enfermedades y de todo tipo. Por lo cual no se aconseja, ni se justifica: juegan como los hetero a la ruleta rusa ¡pero con bastantes más balas en la recámara!

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