lunes, 29 de noviembre de 2004

El diagnóstico de VIH en las mujeres suele hacerse en las fases tardías

Las mujeres suponen únicamente un 10 por ciento de los pacientes infectados por el virus del sida incluidos en las investigaciones de fármacos antirretrovirales, según se ha señalado en el VIII Congreso Nacional sobre el Sida. Esta situación se suma a otras que acrecientan la situación de vulnerabilidad de las mujeres, casi la mitad de los afectados.

La situación de vulnerabilidad de la mujer frente a la infección del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) se ve agravada por dos factores que se presentan especialmente en los países desarrollados: el diagnóstico del VIH en muchas mujeres es muy tardío y, además, la medicación antirretroviral está diseñada preferentemente para pacientes varones.

"La vulnerabilidad de la mujer se acrecienta por las diferencias de sexo", ha señalado Isabel Yordi, asesora del Programa de Género y Salud de la Oficina Regional Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Yordi se ha referido a los resultados de un estudio europeo que concluye que, "a pesar de que los últimos datos demuestran que se ha producido un incremento en la transmisión por vía heterosexual, un patrón que afecta principalmente a las mujeres, éstas no consideran que tengan mayor riesgo de contraer la infección".

Esta característica de invisibilidad del riesgo ha provocado que se haya producido un incremento de la transmisión del virus por vía sexual en mujeres asintomáticas.

Seguridad
Según María José Fuster, de la Sociedad Española Interdisciplinaria del Sida (Seisida), cuyo VIII Congreso Nacional se ha celebrado en Madrid, "en general la población femenina no se considera un grupo de riesgo frente al sida". Dicha situación está provocando que el diagnóstico de VIH en las mujeres que residen en España -y también en Europa- se haga en fases muy tardías, "en ocasiones de forma simultánea al de sida, lo que complica un poco más el tratamiento de las pacientes".

Debido a que las mujeres han de hacer frente a una serie de factores adicionales de riesgo -dependencia económica, dificultades para acceder a información fiable sobre la infección y de acceso a la prevención o violencia de género-, se hace necesario crear un debate sobre los desafíos con los que se enfrentan las mujeres en los países occidentales, incluyendo los países vecinos, y a veces muy próximos, de la Unión Europea. "Es preciso llamar la atención sobre las desigualdades que incrementan el riesgo entre las población femenina y que, no obstante, no parecen recibir la atención adecuada en los países más ricos", ha indicado Isabel Yordi.

Fármacos masculinos
La vulnerabilidad de la mujer también se ve acrecentada porque la mayoría de los fármacos antirretrovirales están diseñados para la población masculina. "Los ensayos clínicos incluyen apenas un 10 por ciento de mujeres; así, no se suelen tener en cuenta las variables hormonales ni las diferencias de metabolización y absorción características en las mujeres", ha explicado Fuster, y ha razonado que parece lógico que las dosis indicadas para las pacientes VIH+ sean demasiado altas y que, por esta razón, los efectos adversos puedan ser más graves.

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