domingo, 28 de agosto de 2005

Hallan dos enzimas que podrían atacar el virus del sida

Las proteínas localizadas a 3,550 metros de profundidad en el Mar Mediterráneo serían capaces de separar los enantiómeros R y S, pues el primero es útil para tratar el sida si es separado del tipo S MADRID (EFE).— Dos enzimas que podrían ser aplicadas para desarrollar tratamientos contra el sida han sido descubiertas en el mar Mediterráneo por un investigador español en colaboración con cinco científicos europeos.

Se trata de los resultados de una investigación dirigida por Manuel Ferrer, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España.

El doctor Ferrer explica que estas dos enzimas, con estructuras desconocidas hasta la fecha, podrían utilizarse en la síntesis de nuevos antibióticos beta-lactamínicos y en los tratamientos que atacan el VIH.

El hallazgo tiene implicaciones directas en la industria farmacéutica y abre el camino al diseño de nuevas moléculas de alto valor terapéutico.

Según Ferrer, una de las dos enzimas halladas a 3,550 metros de profundidad en el Mediterráneo, es capaz de separar eficazmente los enantiómeros, un tipo de compuestos utilizados en la mayoría de los medicamentos.

Capacidades curativas Estas sustancias, conocidas por sus capacidades antiinflamatorias y antitumorales, tienen idéntica fórmula molecular, pero diferentes propiedades, por lo que su combinación podría implicar efectos secundarios.

Una de estas dos enzimas es capaz de separar eficazmente los enantiómeros R y S, pertenecientes al grupo de los alcoholes primarios “solketal”.

En este caso, tan sólo el enantiómero R tiene actividad biológica en los tratamientos contra el sida, por lo que es necesario separarlo del tipo “S”, algo que hasta ahora sólo se había conseguido por a través de diversos métodos químicos y de forma muy costosa, según el doctor Ferrer.

Las enzimas halladas se plantean como una alternativa eficaz para la obtención de fármacos enantioméricamente puros aplicados en tratamientos contra el sida.

Peculiares La peculiaridad de las dos enzimas es fruto de un proceso de aislamiento y adaptación en los fondos marinos de más de 176,000 años, un período en el que ambas han desarrollado nuevas estructuras y capacidades para minimizar costos energéticos y maximizar las fuentes de carbono asimilables en un ambiente inhóspito.

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