martes, 30 de noviembre de 2004

¡Otra vez el gobierno!

La Iglesia cuestiona la eficacia del condón y defiende la fidelidad para evitar el sida
Las declaraciones de los obispos reabren el enfrentamiento con el Gobierno, que los considera «irresponsables»

La jerarquía católica y el Gobierno se enzarzaron ayer en un nuevo enfrentamiento con los preservativos como protagonistas de la contienda. Los obispos cuestionaron la eficacia del condón y adujeron que incitar a la «promiscuidad incrementa el número de contagios de sida». Estas consideraciones fueron objetadas por la ministra de Sanidad, Elena Salgado, quien lamentó los «mensajes equívocos» de los obispos, preñados de «cierta irresponsabilidad». Para Salgado, pregonar la castidad y la infidelidad como únicos medios para luchar contra la epidemia es «cerrar los ojos a la realidad del mundo y de nuestros jóvenes».

El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, dijo que no es cierto que el uso del condón equivalga a sexo seguro, a la vez que abogó por la responsabilidad y la fidelidad conyugal como mejores estrategias para evitar el contagio. «El sexo con preservativo no es seguro, es menos inseguro», apostilló el dirigente eclesial.

El secretario general del Episcopado puso en duda la seguridad del preservativo justo cuando el Ministerio de Sanidad presentaba una campaña para promover su uso, en vísperas de la celebración del Día Internacional contra el Sida.

Para la jerarquía católica, el empleo del preservativo «quizá evite el mal mayor, pero no quita el mal». Omitir el margen de desprotección que entraña este medio anticonceptivo comporta «no decir toda la verdad», aseveró Martínez Camino, quien alegó que «los técnicos evalúan hasta en el 15%» los riesgos que comporta el uso del condón. Según la jerarquía eclesiástica, un «alto número» de infecciones por VIH son atribuibles a los fallos que genera el preservativo.

A juicio de los prelados, es «gravísimo no procurar una información completa» a los afectados, pues «se pone en riesgo la vida de los jóvenes». De acuerdo con Martínez Camino, alentar las relaciones promiscuas y el adulterio, aparte de propiciar el desorden moral, no favorece una «convivencia justa».

Según la jerarquía eclesiástica, la Iglesia católica se encuentra a la «vanguardia» de los que combaten el sida, tanto en África como en otras partes del mundo. En cualquier caso, los esfuerzos para reducir la alta tasa de prevalencia del sida no tendrán éxito si las iniciativas para atajarlo carecen de criterios morales.

«Lo ideal es el amor fiel, porque promueve la dignidad de las personas. Si el sexo se trivializa y es concebido como un objeto de consumo no se aporta una solución integral y real al problema».

Martínez Camino arguyó que los científicos discrepan entre sí del grado de seguridad que aporta el condón, pues mientras para algunos el método arroja fallos en el 4% de los casos, otros cifran el margen de inseguridad en el 15%.

Las argumentaciones de la Conferencia Episcopal no sólo se basan en valores morales, sino también en «criterios técnicos». «Estamos hablando de una enfermedad mortal; es irresponsable poner en manos de un menor de 16 años un preservativo con el mensaje de que con su utilización se puede practicar el sexo seguro», sentenció el portavoz de la cúpula eclesial.

Según Camino, la postura de la Iglesia no hay que entenderla como un «no» absoluto a todo lo que defienda el Gobierno, sino que es consecuencia de actitudes favorables de la formación moral de los jóvenes, la familia y la procreación dentro del matrimonio entre hombre y mujer.

«Escaso acierto»

El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, terció en la polémica y dijo con sorna que «lo más inseguro es no usar el preservativo». Blanco acusó a la Iglesia de «no haber estado acertada» y aplaudió la iniciativa del Ministerio de Sanidad. Antes de manifestar su opinión sobre el condón, el secretario general del Episcopado había afirmado que los juicios de los obispos no están subordinados a la agenda política del Gobierno.

Por su parte, la Sociedad Española Interdisciplinar sobre el Sida cree que las opiniones de los obispos son poco afortunadas. Los estudios realizados entre parejas en las que uno de los cónyuges es seropositivo demuestran que el condón evitó la transmisión del virus en todos los casos, según explicó el presidente de Seisida.

En la misma línea, la Federación Estatal de Gays, Lesbianas y Transexuales acusó a la Conferencia Episcopal de ejercer una forma de «terrorismo sanitario» con sus invectivas contra el condón. Tras tildar de «barbaridad» las palabras del portavoz episcopal, la federación denuncia que las opiniones de los obispos crean confusión y contribuyen a expandir la epidemiaA. PANIAGUA./COLPISA. MADRID