Los más indefensos siguen siendo los más azotados por el virus del sida. Huérfanos y sin recursos son la cara oculta de esta pandemia.
Unicef y Onusida han puesto en marcha una campaña mundial para concienciar del gran impacto del VIH en la infancia y la adolescencia, dos de los grupos poblacionales que sufren de forma más dramática el problema del sida. A pesar de ello, "no tienen acceso a los servicios de atención y prevención elementales" y continúan estando ausentes de las discusiones de política global y nacional sobre VIH.
La pandemia del sida ha dejado miles de familias rotas y millones de pequeños huérfanos y sin hermanos. Se calcula que 15 millones de niños y niñas han perdido a uno de sus progenitores, pero menos del 10 por ciento reciben ayuda o asistencia pública.
"El pasado cuarto de siglo, el VIH se cobró la vida de más de 20 millones de personas y la media de vida en los países más afectados ha disminuido en 30 años", ha señalado Ann Veneman, directora ejecutiva de Unicef, quien ha concretado que "no hay una generación entera que no haya conocido un mundo libre de sida".
Pero los expertos han reconocido que para poder hacer frente al problema y sacar adelante la campaña se necesitarían 46.000 millones de euros en los próximos tres años. Sin embargo, actualmente hay un vacío de fondos para el período de 2005 al 2007 de 15.025 millones de euros.
"Llevamos casi 25 años de pandemia y la ayuda no llega al 10 por ciento de los niños afectados, dejando a demasiados crecer solos, demasiado rápido o nada", según Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas.
En este sentido, Unicef y Onusida han acogido con satisfacción las iniciativas de los gobiernos que han dado prioridad a los menores afectados de forma directa o indirecta por esta enfermedad al repartir sus fondos.