jueves, 20 de enero de 2005

Cooperación, transparencia y cohesión en la vacuna del VIH


Public Library of Science (PLoS) publica el Plan Estratégico Científico de la Empresa Global para una Vacuna del VIH/Sida, que agrupa a los principales organismos y científicos del mundo que trabajan en este objetivo. Para ello piden colaboración y transparencia.

El Plan Estratégico Científico de la Empresa Global para una Vacuna del VIH/sida considera que ya existe el conocimiento científico suficiente y se han identificado los principales obstáculos para poder lograr una vacuna eficaz contra el VIH, aunque advierte que para obtener resultados es preciso ser fiel a tres principios básicos: cooperación, colaboración y transparencia. "Solamente trabajando juntos se podrá conseguir el objetivo de diseñar una vacuna segura y efectiva que sirva para detener la pandemia del sida", reconoce Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, uno de los organismos que participan en esta iniciativa.

Mapa de carreteras
El plan, en el que intervienen más de 140 científicos de todo el mundo, ha identificado los principales obstáculos que han impedido el desarrollo de una vacuna, y subraya las posibles vías para superarlos; asimismo, propone un innovador modelo de colaboración (ver cuadro) que garantice que los esfuerzos de los investigadores de todo el mundo se dirijan hacia un objetivo común. "Es como un mapa de carreteras; algo muy necesario para la cohesión y la colaboración", asegura David Ho, director científico del Centro de Investigación del Sida Aaron Diamond de la Universidad Rockfeller, en Nueva York (Estados Unidos).

La Empresa Global para una Vacuna del VIH/Sida es una alianza internacional de agencias y organizaciones independientes auspiciada por los países del G8, cuyo objetivo es obtener una vacuna eficaz y segura contra el VIH. Está constituido por algunas de las personalidades esenciales en el mundo del VIH/Sida, como Anthony Fauci, Peter Piot, director ejecutivo de Onusida, y Pascoal Mocumbi, antiguo primer ministro de Mozambique.

Además, participan los principales organismos implicados en la obtención de una vacuna contra el VIH/ Sida, como la Fundación Bill y Melinda Gates, los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, la Iniciativa Internacional para una Vacuna (IAVI), la OMS y Onusida.

Mejora de resultados
Aunque los miembros de este grupo son conscientes de que la vacuna contra el sida sigue siendo uno de los desafíos más complicados en la investigación biomédica, también consideran que el progreso científico actual permite mejorar los resultados. "Los avances se refieren a nuevos candidatos de vacunas, a la mejora en los modelos animales o la existencia de una base de datos de ensayos clínicos", suscribe el Plan.

"Una vacuna preventiva sería la noticia más esperada", señala Helen Gayle, de la Fundación Bill y Melinda Gates. "Este plan no sólo acelerará los ensayos, sino que fomentará la capacidad investigadora de África", afirma Pascoal Mocumbi.

Una lección bien aprendida
"Después de casi 18 anos desde que se llevó a cabo la primera prueba de una vacuna contra el sida, la comunidad científica ha reconocido que necesitamos un mejor plan estratégico para conseguir ese objetivo. Creo que la lección que aprendimos es que el desarrollo de una vacuna contra el sida es un reto científico y de salud pública de una complejidad mayor de lo que habíamos pensado", ha indicado a DM José Esparza, miembro del comité organizador de la Empresa Gobal para una Vacuna contra el VIH/Sida. Esparza considera que ya ha pasado el tiempo en que grupos aislados de investigadores "soñaban con ser ellos los descubridores de la tan esperada vacuna. Lo que esta empresa ha logrado es cambiar esa actitud por otra en la que los investigadores de todo el mundo trabajen como una comunidad dedicada a resolver el problema. Eso requiere un plan que se ejecute en coordinación, con mucho intercambio de información y con suficientes recursos". La publicación del plan va a ser seguida muy pronto de medidas específicas para su implantación y la Fundación Bill y Melinda Gates, de la que es miembro Esparza, muy pronto va a anunciar financiación muy importante para apoyar esta iniciativa.

Prevención del SIDA: perspectiva moral

Prevención del SIDA: perspectiva moral

Desde el punto de vista moral


Desde el punto de vista moral le transcribo esta noticia de ANFA, Servicio Internacional Informativo de Vida Humana Internacional, reproducido en el Boletín “Liga por la Decencia”, 134, mayo de 1988: “Dando término a una enconada controversia en el episcopado norteamericano, el Diario L’Osservatore Romano dijo que el uso de preservativos como medio para combatir el Sida, ‘es moralmente inaceptable’.

“La Iglesia Católica, en un comentario titulado ‘Prevención del Sida, aspectos de la ética cristiana’, señaló que ‘buscar la solución al problema del contagio promoviendo el uso de preservativos, significa tomar un rumbo que no sólo no es muy eficaz desde el punto de vista técnico, sino también y por sobre todo, es inaceptable desde el punto de vista moral’.

“Y agrega: ‘La proposición de que una sexualidad de esta manera es segura, ignora las causas reales del problema, cual es la permisividad que, en la esfera corroe la fibra moral de la gente. La única manera efectiva de prevención es en un 95% de los casos, abstenerse de la práctica sexual fuera del matrimonio y del consumo de drogas’ concluye”.



Veamos los principios que se usan para justificar el uso del preservativo dentro del matrimonio.



1) Principio de intencionalidad: “es lícito cuando la intención no es recurrir a su aptitud anticonceptiva sino sólo para evitar el contagio”. Hay que responder que las fuentes de la moralidad son tres, objeto, fin y circunstancias. Por rigor científico la primera que se analiza es el objeto (o sea, la moralidad del acto mismo elegido por la voluntad), y no la intención (es la segunda en el análisis, aunque tal vez no sea la más importante todos y cada uno de los actos). La duda recae precisamente sobre el objeto del acto y no sobre la intención del agente.



2) Principio terapéutico. Se pretende aplicar lo que dice Humanae vitae, 15: “La Iglesia, en cambio, no retiene de ningún modo ilícito el uso de los medios terapéuticos verdaderamente necesarios para curar enfermedades del organismo, a pesar de que se siguiese un impedimento, aún previsto, para la procreación, con tal de que ese impedimento no sea, por cualquier motivo, directamente querido”. Este principio no puede aplicarse al caso porque:

a) El uso del preservativo no constituye terapia alguna.

b) Tampoco previene auténticamente.

c) Aun cuando fuese terapéutico no se aplicaría al caso porque el principio terapéutico exige que el medio empleado sea “verdaderamente necesario” (HV,15), y esto en moral se entiende: cuando no hay ninguna otra alternativa más segura para evitar el mal; aquí precisamente hay otra alternativa más segura: la abstinencia sexual[8].



3) Principio de doble efecto: “del uso del preservativo se seguirían dos efectos, uno malo (la contracepción) y uno bueno (el amor conyugal sin poner en riesgo la vida del cónyuge)”. No se aplica tampoco porque no cumple la primera de las condiciones para la licita aplicación del principio, a saber: que el acto puesto sea bueno o indiferente; ahora bien, el uso del preservativo no es indiferente, puesto que separa de suyo las dos dimensiones del acto conyugal[9].



4) Principio del mal menor. Algunos dicen que se “puede permitir e incluso aconsejar cuando los cónyuges están dispuestos a hacer algo peor (como separarse, recurrir a relaciones extramatrimoniales)”. El principio no se aplica a este caso porque sobre esto hay que tener en cuenta:

a) El principio del mal menor es un principio restringido a un campo particular del obrar humano: el que versa sobre los actos indiferentes y sobre los males puramente físicos (por ejemplo, el obrero que queda con una mano atrapada en un derrumbe y debe elegir entre cortarse la mano o perder la mano y la vida).

b) No vale nunca cuando una de las alternativas es un acto intrínsecamente malo, es decir, un pecado formal. No se aplica, pues, al caso en que haya que elegir entre dos pecados (tomar anticonceptivos o abortar) ya que no se puede elegir ninguno de los dos; o entre un pecado y un mal puramente físico (usar preservativas o tolerar que el marido abandone a su mujer). Porque ante el mal moral rige un principio anterior y superior: “hay que hacer el bien y evitar el mal”, y sobre los primeros principios no caben excepciones. Jamás se puede elegir el mal moral, por más que sea el menor de dos males morales: aquello que es inmoral por su objeto, no se hace bueno porque exista la posibilidad de que sucedan males peores, y mientras siga siendo malo jamás podrá ser objeto de elección de un acto bueno y lícito[10].

c) Cuando se trata de actos intrínsecamente malos, el principio del mal menor autoriza a “tolerar” a veces el mal que otros hacen o nos hacen, es decir, no obliga siempre a impedir que otros hagan el mal. Esto no es otra cosa que “consentir actué la voluntad del prójimo en una forma determinada, cayendo sobre él toda la responsabilidad de la acción, si es mala”[11]. Esto vale también para la cooperación formal objetiva y material inmediata.

d) Tampoco está bien planteado el caso pues no es cierto que la anticoncepción sea el mal menor de los dos ejemplos dados; en realidad: entre alterar voluntariamente el plan de Dios sobre el acto matrimonial y tolerar el mal de los demás (por ejemplo, que el marido abandone a la familia), el mal mayor siempre es el pecado personal del que plantea el problema (en este caso, el de la esposa que consulta si debe cooperar con el marido).



En cuanto a aconsejar el mal menor:

a) Nunca se puede aconsejar positivamente hacer un mal menor porque además de que se da una mala inteligencia del principio, se incurre en escándalo teológico. “Tratándose de un mal, aunque menor, el consejo o la persuasión nunca pueden ser buenos, pues, siendo esencialmente causa motiva de la acción, se cualifica, por necesidad, por el fin objetivo al que se ordena, y éste es malo”[12].

b) A quien está decidido a hacer el mal moral se puede intentar “disuadirlo” de hacer sólo parte del mal ya decidido. Por ejemplo, a quien está decidido a robar y matar a una persona, se lo puede disuadir de matarlo diciéndole: “si ya te estás llevando el dinero, al menos perdónale la vida”; en este caso no se aconseja robar sino que, ante el hecho ya consumado o ya decidido, se sugiere que no se haga más mal todavía.


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[1] Cf. Family Planning Perspectives, 21, May/June 1989, 103, 105.

[2] C.M. Roland, del United States naval research laboratory, Rubber World, citado por John Kelly, Obstetra consultor y Ginecologista del Birmingham Maternity Hospital (Inglaterra), en The Tablet, 16 de diciembre de 1995, p. 1620.

[3] Cf. todos estos datos en: Nature 335, 1 de Septiembre de 1988; American Journal of Nursing, Octubre de 1987; social Science and Medicine, Vol. 36, nº 113, junio de 1993.

[4] Cf. Dra. María Isabel Pérez de Pío, El preservativo masculino no es seguro para la mujer, en: Boletín de Noticias de la ONU, nº 99, 16/99; Bs. As. 22 de marzo de 1999. Se basa en datos del Prof. Henri Lestradet, miembro de la Academia de Medicina de Francia, cf. Le Figaro, 22, de junio de 1994.

[5] Cf. ONUSIDA, Análisis de la eficacia del costo y VIH/SIDA: Actualización técnica del ONUSIDA, Agosto de 1998, p. 5.

[6] Son datos de ONUSIDA.

[7] Citado por Theresa Crenshaw, In Defense of a Little Virginity, USA Today, April 14, 1992.

[8] Cf. Sgreccia, Manuale di Bioetica, Vita e Pensiero, Milano 1991, Tomo II, p. 265.

[9] Ibid.

[10] Cf. HV,14.

[11] Peinador, Moral Profesional, nº 385.

[12] Ibid., nº 258.





La Conferencia Episcopal aclara que la doctrina de la Iglesia sobre el preservativo no ha cambiado

Redacción - 20/01/2005 La Conferencia Episcopal emitió ayer un comunicado en el que afirma que la doctrina de la Iglesia sobre el preservativo no ha cambiado. Recuerda que lo único verdaderamente aconsejable en la lucha contra el SIDA es el ejercicio responsable de la sexualidad, basándose en la abstención y en la fidelidad. El uso del preservativo es contrario a la moral de la persona.


El Secretario General de la Conferencia Episcopal, el padre Juan Antonio Martínez Camino, se reunía el martes con la Ministra de Sanidad y Consumo, Elena Salgado, con el fin de conversar sobre el modo de colaborar del mejor modo posible en la prevención del SIDA. Tras la reunión, desde diversos medios de comunicación se tergiversaron las palabras de Martínez Camino. Frente a esta situación, la Conferencia Episcopal ha asegurado, a través de un comunicado, que la doctrina de la Iglesia sobre el uso del preservativo no ha cambiado. El SIDA, recoge el comunicado, “es un asunto que preocupa mucho a la Iglesia, a los católicos y a las instituciones eclesiales que trabajan en la atención social y sanitaria de esta enfermedad” y la “abstención de relaciones sexuales indebidas y la fidelidad mutua entre los cónyuges, constituyen la única conducta segura generalizable” para luchar contra él.

En la reunión, la ministra de Sanidad y el padre Martínez Camino comentaron el programa de prevención conocido como ABC y propuesto por prestigiosos científicos y especialistas de rango internacional. El consejo de los especialistas es que las políticas de prevención de la transmisión del SIDA por vía sexual, para ser completas y eficaces, han de basarse en la recomendación (por orden) de la abstención, la fidelidad y el uso de preservativos. Lo mismo afirma también la Organización Mundial de la Salud.

El padre Martínez Camino respondió brevemente, al término de la reunión, a los periodistas manifestando que el uso del preservativo tiene un lugar en ese programa llamado ABC (abstinence, be faithfull and condoms) en la lucha contra el SIDA. La Conferencia Episcopal ha puntualizado que esta declaración “ha de ser entendida en el sentido de la doctrina católica que sostiene que el uso del preservativo implica una conducta social inmoral”. Por eso, continúa el comunicado, “la iglesia colabora eficaz y racionalmente en la prevención del sida promoviendo la educación de las personas para el amor conyugal fiel y abierto a la vida, tratando de evitar de este modo las relaciones indebidas y promiscuas, que dan lugar a las llamadas situaciones de riesgo sanitario”.

Así, la Conferencia Episcopal concluye que de acuerdo con los principios de la doctrina de la Iglesia no es posible aconsejar el uso del preservativo, por ser contrario a la moral de la persona. “Lo único verdaderamente aconsejable es el ejercicio responsable de la sexualidad, acorde con la norma moral”.


Sobre el SIDA y el preservativo
Nota de prensa de la Conferencia Episcopal Española - 19/01/2005

La prevención sexual del SIDA
Arvo.net - 23/05/2003

El preservativo, una mentira cruel
Arvo.net - 18/01/2002

Mensajes truncados contra el sida
Aceprensa - Juan Domínguez - 08/12/2004

Sida: Los países que han frenado la epidemia dieron prioridad a la promoción de la abstinencia y la fidelidad
Aceprensa - 01/12/2004