domingo, 24 de septiembre de 2006

El papel de una proteína clave para el VIH, desarrollará nuevos fármacos

Los virólogos de la Clínica Mayo han dado un paso en el conocimiento del mecanismo del VIH que podría ayudar a controlar la infección desde otra perspectiva. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista 'Science'.



elmundo.es

En la lucha permanente contra la pandemia del virus de la inmunodeficiencia humana cada descubrimiento abre una puerta a la esperanza. El más reciente de todos, el papel de una proteína humana esencial para que el virus se integre en nuestras células, podría ayudar a encontrar un nuevo tratamiento que permitiera frenar la enfermedad.

Cada día miles de personas se infectan con el virus de la inmunodeficiencia. Los esfuerzos realizados para combatir la enfermedad han permitido algunos éxitos, sin embargo todavía estamos muy lejos de pensar que se está ganando la batalla.

Una de las peculiaridades del virus es su forma de reproducirse. Cada vez que lo hace usa una proteína que inserta una copia de su genoma en el cromosoma de las células infectadas. Esta copia es como un archivo del programa genético del virus que queda en "nuestro disco duro". Los tratamientos consiguen suprimir la replicación de los virus, pero no los eliminan. Por ello al suspender la medicación el VIH se reproduce y se generan millones de copias.

Los virólogos de la Clínica Mayo han dado un paso más en el conocimiento del mecanismo de acción del VIH que podría ayudar a controlar la infección desde otra perspectiva. Los resultados del estudio han sido publicados en la revista 'Science'.

El Dr. Eric Poeschla y su equipo han encontrado que una proteína humana, denominada p75 y que se encuentra en nuestros cromosomas, es clave para que el virus pueda integrarse en el cromosoma, estableciendo su "santuario" que le permite perpetuarse.

La proteína humana p75 se une a la integrasa (una proteína del virus). Una vez producida esta unión el virus puede entrar en nuestros cromosomas y quedarse allí. Cada vez que se replique utilizará nuestra maquinaria genética para poder crear nuevas copias.

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En el experimento para confirmar esta teoría se utilizaron cultivos celulares en los que se eliminaron todas las proteínas p75 comprobando que en este escenario el virus no era capaz de entrar en los cromosomas. Sin embargo cuando devolvían las proteínas a los cultivos celulares el virus conseguía su objetivo y se integraba en los cromosomas eficazmente.

Otro aspecto importante de la investigación fue la comprobación de que con que hubiera presente una pequeña cantidad de proteína p75 el virus ya se podía integrar, por lo que es necesario eliminar toda para que el mecanismo de bloqueo sea eficaz.

"La dependencia del VIH de la proteína p75 para su integración deberá explotarse en un futuro para encontrar tratamientos", comentan los autores del estudio. Si se puede romper la conexión se podrá obtener un tratamiento eficaz y más seguro que los tratamientos genéticos. Se evitaría de este modo que el virus quedara acantonado en su santuario a la espera de una buena oportunidad para reproducirse, como ocurre en la actualidad con los tratamientos disponibles.
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