martes, 17 de junio de 2008

La 'cronicidad' del sida no debe relajar la guardia

Los protocolos internacionales para el manejo de la infección por VIH recomiendan tratamientos individualizados, ya que cada fármaco ha supuesto un pequeño avance en el control de la enfermedad.

Santiago Rego. Santander 17/06/2008

La aparición en los dos últimos años de fármacos que han modificado notablemente el abordaje del VIH también ha supuesto un cambio drástico en la historia natural de la enfermedad, al tratarse de terapias menos tóxicas y más duraderas y eficaces.

Las vacunas aún aparecen lejanas en el horizonte clínico, pero las estrategias de erradicación del virus, gracias a los avances en los tratamientos inmunomoduladores, han mejorado los resultados.

Con todo, la cronificación de la infección en estas circunstancias supone nuevos retos para el Sistema Nacional de Salud, pues incrementa los gastos sanitarios y farmacéuticos, a la vez que obliga a establecer nuevas estrategias en la atención y prevención de esta enfermedad.

Éstas son algunas de las consideraciones expuestas en el encuentro Sida en el siglo XXI: nuevos retos ante una enfermedad crónica, que se celebra en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), de Santander, codirigido por los internistas Santiago Echevarría, de la Unidad de VIH del Hospital Marqués de Valdecilla, y María del Carmen Álvarez Fariñas, de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del mismo centro, con el patrocinio de la Consejería de Sanidad de Cantabria y Pfizer.

Los hospitales siguen protocolos internacionales que persiguen tratamientos individualizados, y aunque cada fármaco ha supuesto "una pequeña revolución, especialmente la zidovudina y los primeros inhibidores de la proteasa, la llegada reciente de nuevas familias, con dianas diferentes de actuación, supondrá nuevos cambios en un futuro próximo.

Ahora mismo se puede decir que la enfermedad es crónica si hay un buen seguimiento en la consulta de infecciosas, porque los tratamientos, que cada vez exigen menos pastillas, son altamente eficaces y permiten una muy buena calidad de vida a los afectados si se dejan tratar desde un primer momento".

No obstante, el término de enfermedad crónica hay que manejarlo con "sumo cuidado, porque podría inducir a una cierta apatía y relajar la guardia, cuando ni tenemos vacuna ni se va a disponer de ella en un futuro próximo; sería un inmenso error. El sida es una patología crónica y se puede controlar, detectado a tiempo, con la farmacopea de que disponemos, pero la prevención continúa siendo un elemento clave".

Álvarez Fariñas ha indicado que, sabiendo como se sabe, el agente que causa la infección "claro que es factible una vacuna, aunque tardará tiempo todavía. Pero por el contrario, los actuales tratamientos mantienen al paciente que quiere estar bien controlado por su médico en una situación de vida diaria absolutamente normalizada".

Acción congelada
Respecto a los avances con tratamientos inmunomoduladores, Echevarría ha dejado claro que ningún fármaco erradica el virus, aunque sí congelan su acción. "Los inmunomoduladores son nuevas estrategias de tratamiento en busca de fármacos que no actúen directamente sobre el virus, sino, una vez congelado, en la estimulación de nuestras defensas.

La vacuna no estará disponible en mucho tiempo, pero tratamientos que puedan actuar sobre las defensas, mejorándolas, pueden aparecer en el futuro en un campo abierto de la investigación sobre el sida de enorme acción e interés". El encuentro ha servido para poner de manifiesto que los nuevos tratamientos para combatir el sida han supuesto un cambio sin precedentes en la historia natural de la enfermedad.

"Los países con capacidad económica para costearlos han logrado convertirla en una enfermedad crónica, mientras surgen nuevos fármacos que incrementan las posibilidades de encontrar tratamientos menos tóxicos, a la vez que más eficaces y duraderos, unos objetivos que hace 25 años, cuando empezamos a ver a los primeros pacientes con VIH, nos parecían inalcanzables".

También se han analizado dos aspectos claves en el abordaje del VIH: el presente y el futuro próximos de los tratamientos, haciendo especial hincapié en los cambios que supondrá la aparición de nuevas familias de fármacos "pues las estrategias cambiarán por unas combinaciones sobre otras", según ha precisado Santiago Echevarría, además de la valoración de los costes que supondrán para los servicios regionales de salud.



La proteína apoE4 se asocia con la progresión del VIH

La apolipoproteína E4 (apoE4) está implicada en la neurodegeneración del Alzheimer, en cardiopatías e ictus. Y ahora, investigadores del Instituto Gladstone, en Estados Unidos, han demostrado que dicha proteína es un factor de riesgo de progresión del VIH y promueve la entrada del virus en las células. Así se desprende del estudio, dirigido por Robert W. Mahley, que se publica hoy en Proceedings of the National Academy of Sciences.

DM Nueva York 17/06/2008

Para llegar a esta conclusión el equipo de Mahley examinó una amplia y bien caracterizada cohorte de 1.267 sujetos infectados por el VIH de origen europeo y afroamericano y 1.132 controles VIH negativos emparejados étnicamente. El objetivo era estudiar las interacciones entre la apoE y el VIH en cultivos de tejido.

De esta manera, encontraron un curso de la enfermedad mucho más rápido y una progresión hacia la muerte en pacientes con dos copias del alelo apoE4 en comparación con los que llevaban dos copias del alelo apoE3.

Inhibidor de fusión
La correspondiente isoforma de la apolipoproteína E4 aumentó in vitro la entrada del VIH en las células de las cépas del VIH que utilizan los correceptores CCR5 y CXCR4. Sin embargo, el gen de la apoE4 no aumenta la incidencia del VIH asociado con demencia.

"Un amplio cuerpo de pruebas sugiere que el dominio helical amfipático de las apolipoproteínas actúa como un inhibidor de la fusión", según Mahley. "Sospechamos que estos dominios en la apoE inhiben la infección del VIH de manera análoga a la del inhibidor de fusión clínico enfurvitide. Nuestros hallazgos indican que la apo4 es menos eficiente que la apoE3 en la inhibición de la fusión del VIH con las células diana".



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