miércoles, 8 de febrero de 2006

Madrid: El 3,4% de los menores consume cocaína de forma habitual


El 1 por ciento de los ciudadanos de la Comunidad de Madrid de entre 15 y 64 años -unas 40.000 personas- se declara consumidor habitual de cocaína; la edad media de inicio en el consumo se sitúa en 15,8 años, y en la franja de edad de los 14 a 18 años el porcentaje aumenta hasta el 3,4 por ciento -algo más de 10.000 menores-, según estimaciones de la Agencia Antidroga.


Estos datos fueron facilitados ayer en la presentación de una campaña de publicidad que durante los próximos meses contra el consumo de cocaína: "Nadie sabe cuándo se engancha y, una vez que esto sucede, no tiene solución", advirtió el consejero de Sanidad y Consumo, Manuel Lamela, que apuntó que la cocaína fue causa directa o indirecta de 3.300 urgencias hospitalarias durante 2005 en la Comunidad de Madrid, estimación que es fruto de extrapolar los 568 casos atendidos en los tres primeros meses del año pasado.

Asistencia


Además, la red de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid proporcionó tratamiento durante el pasado año a 12.348 pacientes adictos a la cocaína, la mayoría dentro del Centro de Atención Integral al Cocainómano, único hasta el momento en España y cuyas plazas pretende duplicar el Gobierno regional.


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La circuncisión disminuye en un 30 por ciento la transmisión del VIH





En la XIII Conferencia de Retrovirus e Infecciones Oportunistas que se está celebrando en Denver, Colorado, se ha presentado un estudio efectuado en Uganda que confirma que la circuncisión puede reducir el riesgo de transmisión del VIH en casi un tercio. El ensayo se une a otros anteriores que habían observado la protección que confiere esta práctica.



Desde que en 1998 la antropóloga norteamericana Priscilla Reinning constatara que el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) se transmitía con mayor rapidez en las zonas de África en las que la circuncisión no se practicaba de manera habitual, numerosos trabajos han intentado determinar en qué medida esta práctica puede ser una herramienta preventiva eficaz en la lucha contra el VIH.

Según un ensayo presentado en la XIII Conferencia de Retrovirus e Infecciones Oportunistas, que se está desarrollando en Denver (Estados Unidos), la circuncisión en hombres VIH+ podría reducir hasta en un 30 por ciento la transmisión del virus a sus parejas. El estudio, presentado por Thomas Quinn, de la Universidad Johns Hopkins, de Baltimore, analizó la situación de 300 parejas heterosexuales de Rakai (Uganda) en las que los hombres estaban infectados y ellas eran VIH negativas.

Además de disminuir el riesgo de transmisión del VIH, la circuncisión también parecía reducir la tasa de tricomonas y vaginitis bacteriana, aunque no tenía impacto sobre la infección por papilomavirus, sífilis, gonorrea o clamidia.

Este trabajo confirma los resultados obtenidos en otras investigaciones, como la realizada por Bertran Auvert, de la Agencia Nacional Francesa para la Investigación del Sida, en la región sudafricana de Orange Farm. En este caso la disminución del riesgo de transmisión del virus llegó al 6 por ciento en parejas heterosexuales.

"A pesar de estos datos, resulta imposible hacer una recomendación sobre el uso profiláctico de la circuncisión. En los últimos doce años se han realizado cerca de medio centenar de estudios para determinar cuál es la relación precisa entre esta práctica y la prevención del VIH y todavía debemos esperar los resultados de al menos dos grandes trabajos para saber si su uso puede aplicarse sólo en la prevención de la transmisión de hombres a mujeres y viceversa", apunta Quinn.

En Africa sólo el 2 por ciento de la población está circuncidada y la implantación de esta práctica por motivos preventivos choca con aspectos culturales, por lo que hay quien considera que no es una medida de salud pública adecuada.

Más mortalidad con el subtipo D.

El estudio de la cohorte de Rakai también ha mostrado que el subtipo de VIH predice mejor el riesgo de mortalidad que la carga viral. Las personas que tienen el subtipo viral D mueren con más rapidez que las contagiadas por el subtipo A. De hecho, el 10 por ciento de los infectados por el subtipo D fallecían en un plazo medio de tres años, mientras que no se producía ninguna muerte en el subtipo A en este periodo. La carga viral, por su parte, no permite ajustar tanto el pronóstico. Los autores creen que el subtipo D es más virulento que el A, ya que para infectar la célula éste sólo es capaz de unirse a un único receptor, el CCR5, mientras que el 25 por ciento del virus subtipo D se une tanto al CCR5 como al CXCR4. "Conocer el subtipo nos ayuda a manejar mejor la infección y actuar con más intensidad para frenar su rápida progresión en los infectados por el subtipo D y en los virus recombinantes que lo incorporan", explica Oliver Laeyendecker, coordinador del trabajo.


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La ONU reconoce la labor de la Iglesia en la prevención y lucha contra el sida.Caritas aplica la «Deus caritas est» aumentando su compromiso contra el



La ONU reconoce la labor de la Iglesia en la prevención y lucha contra el sida.Caritas aplica la «Deus caritas est» aumentando su compromiso contra el virus

GINEBRA, martes, 7 febrero, 2006 (ZENIT.org).- Mientras se presentaba en Roma la primera encíclica de Benedicto XVI, «Dios es amor», representantes de organizaciones católicas de todo el mundo se encontraron en Ginebra para aplicar en la práctica el mensaje papal.

En concreto, los participantes estudiaron los modos de aumentar los recursos y la cooperación en la lucha global contra el vih/sida.

La reunión de los días 23 a 26 de enero pasado, convocada por Caritas Internationalis, la confederación con sede en el Vaticano de las Caritas católicas, se produjo en medio de un creciente interés en el sistema de Naciones Unidas por la implicación de la Iglesia católica en los cuidados a las personas afectadas por el virus del sida.

El organismo de la ONU responsable de la lucha contra el sida, ONUSIDA, estima que el 25% de las organizaciones humanitarias dedicadas a los portadores del virus están apoyadas por estructuras católicas, y muchas de ellas son proyectos de Caritas.

La reunión de cuatro días permitió el encuentro de representantes de la jerarquía eclesial, la confederación de Caritas, organizaciones católicas y confesionales ecuménicas, así como agencias internacionales, incluyendo ONUSIDA y la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Compartieron experiencias y estrategias sobre cómo promover la colaboración y examinar lo que el sistema de Naciones Unidas puede ofrecer a la Iglesia en términos de instrucción, capacitación y experiencia.

Según Duncan MacLaren, secretario general de Caritas, la conferencia cosechó intercambios fructíferos entre la ONU y la Iglesia.

En concreto, dijo, ayudó a superar estereotipos sobre la Iglesia católica respecto a la prevención del sida. Así mismo aumentó la conciencia del papel clave de la Iglesia en promover una respuesta misericordiosa, y centrada en la educación, a la pandemia.

«Las respuesta de los creyentes al sida fue vista en la ONU como un elemento positivo para combatir el estigma y la discriminación, y ayudar a la persona a vivir con el virus para mejor afrontarlo», dijo MacLaren.

«Como dijo una persona que participó en la reunión, “la ONU ahora se da cuenta de que la Iglesia católica es el corazón y el sistema nervioso de nuestras comunidades», explica el representante.

Se espera que, mediante una mejor colaboración, las organizaciones católicas puedan tener un mayor acceso a los fondos administrados por donantes multilaterales, como el Fondo Global para la Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria.

El padre Robert Vitillo, consejero de Caritas para el sida, indicó que las organizaciones confesionales de creyentes, a pesar de su importante implicación en proporcionar cuidados sanitarios en el mundo en desarrollo, reciben una mínima fracción de estas ayudas, apenas el 2%, del Fondo Global.

El padre Vitillo preside el «AIDS Funding Network Group» que integra a Caritas, el CIDSE (Cooperación Internacional para el Desarrollo y Solidaridad) y la organización Missio, se mostró de acuerdo en establecer una oficina de las organizaciones católicas que se ocupan del sida, en Ginebra, que debería facilitarles la ampliación de sus relaciones con Naciones Unidas y ofrecerles un servicio de representación. En el encuentro se formó un pequeño grupo para avanzar en esta estrategia.

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