viernes, 4 de abril de 2014

Las vacunas contra el VIH tienen que considerar varias respuestas inmunes

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Un artículo realizado por los principales investigadores del VIH del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU resume los descubrimientos que se han hecho hasta ahora y valoran las consideraciones para futuras investigaciones en vacunas.

Diario Médico Madrid 

 En un artículo sobre nuevas perspectivas publicado en Science, los investigadores del VIH del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU resumen los descubrimientos que se han hecho hasta ahora y valoran las consideraciones para futuras investigaciones en vacunas contra el VIH.

Entre 2005 y 2013, se han probado las vacunas experimentales contra el VIH basadas en el adenovirus recombinante tipo 5 (rAd5) en tres ensayos clínicos diferentes. Dos de esos estudios, llamados Step y Phambili, se realizaron con la misma vacuna. Ninguno de los estudios mostró eficacia contra la infección por VIH; sin embargo, sugirieron un aumento del riesgo de la adquisición de la infección entre los hombres vacunados que participaron en el estudio.

Basándose en análisis posteriores, los autores sugieren que las vacunas basadas en rAd5 probadas pueden haber aumentado la susceptibilidad de infección al activar las células T CD4+ durante largos periodos de tiempo, por lo que son inefectivas o limitadas a la hora de proteger de la infección por VIH.

Según los autores, dada la falta de eficacia demostrada por estas vacunas y el potencial aumento del riesgo de infección, el desarrollo de vacunas utilizando vectores rAd5 es inapropiado. De esta forma, los investigadores que quieran perfeccionar estas vacunas utilizando adenovirus, u otras con sistemas de liberación distintos, deben encontrar el equilibrio entre las potenciales respuestas contra el VIH y sus beneficios contra el riesgo inducido por la vacuna de la posibilidad de infección, debido al aumento de la activación de las células T CD4+.

Además, el campo de investigación se beneficiaría de la clarificación del papel que tienen los vectores de las vacunas en la efectividad de la misma. También es necesario identificar los biomarcadores en los primates no humanos que indican el aumento del riesgo de infección y, por último, desarrollar un mejor conocimiento de las respuestas de la mucosa del sistema inmune a la vacunación contra el VIH, explican los autores.


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