viernes, 7 de julio de 2006

Cáncer de cérvix en adolescentes: La vacuna sale cara, la abstinencia no

La Generalitat quiere vacunar a todas las niñas de doce años, una invitación al sexo precoz

Hemos solicitado formalmente al ministerio de Sanidad que estudie la posibilidad de incorporarla al calendario vacunal”: Son palabras de la consejera de Salud de la Generalitat de Cataluña, Marina Geli, para referirse a su propuesta de que todas las niñas de doce años sean vacunadas contra el cáncer de cérvix, o de cuello de útero. En su propuesta, que no deja de ser una invitación a la práctica del sexo precoz, ni una sola palabra sobre moderación o abstinencia, términos tabú en el contexto de la sociedad actual.

Cabe señalar que la vacunación sistemática de todas las adolescentes españolas contra el virus del papiloma humano, principal causa del cáncer de cuello de útero, es excesivamente cara. Al mismo tiempo, una educación sexual responsable, basada en valores como la moderación, la abstinencia, la fidelidad y el amor, que se suele confundir con el enamoramiento, es gratuita y sumamente efectiva en la lucha contra las enfermedades de transmisión sexual, como se ha demostrado en algunos países que la han adoptado.

La consejera de Salud catalana realizó su propuesta en el transcurso de una comida con periodistas y especialistas en vacunas. Con la solicitud al Ministerio de Sanidad de estudiar la introducción de la vacuna, “en 2006 se está generando opinión, en el 2007 se tomarán decisiones y a partir del 2008 se entrará en una nueva etapa” en que la vacuna se podría administrar a todas las adolescentes, dijo Geli.

El papiloma, especialmente virulento

El virus del papiloma humano es el principal responsable del cáncer de cérvix, el quinto más frecuente entre la población femenina española, y es especialmente virulento. Actualmente, la prevención de este tipo de cánceres se basa en citologías ginecológicas periódicas para detectar células precancerosas en el cuello del útero (un pequeño órgano con forma de tapón de botella de vino que separa la vagina del útero).

Según Francesc Xavier Bosch, investigador del Instituto Catalán de Oncología que descubrió la relación entre el cáncer de cérvix y el virus del papiloma, la vacunación reduciría la necesidad de practicar citologías.

La vacuna que previene el cáncer de útero fue aprobada a principios de junio por Estados Unidos y, presumiblemente, lo será también antes de final de año por la Agencia Europea del Medicamento.

La vacuna sale cara...

Sin embargo, a pesar de la reducción de citologías, el coste de una vacunación masiva de este tipo es considerablemente cara. La vacuna se inocularía en tres dosis, con un coste total de unos 300 euros, según las previsiones de la compañía farmacéutica Sanofi Pasteur MSD.

En el caso concreto de la sanidad pública catalana, la vacunación de todas las chicas de doce años vendría a suponer un coste total de alrededor de diez millones de euros anuales.

Además, según constató Bosch, aunque se procediera a la vacunación masiva, se seguirían practicando citologías ya que un 30 por ciento de los cánceres de cérvix se deben a formas del virus que la vacuna no previene.

La abstinencia, no

A pesar de los elevados costes que supone la inoculación de la vacuna a todas las adolescentes, y del evidente riesgo que supone el aumento de la promiscuidad sexual que se practica a edades cada vez más tempranas, que caracteriza a los nuevos estilos de vida, en ningún momento las administraciones se plantean campañas de prevención basadas en la moderación y la abstinencia.

No es la primera vez que desde ForumLibertas.com denunciamos esta irresponsable actitud por parte de los respectivos gobiernos central y autonómicos, muy acorde con los tiempos que vivimos; pero lo políticamente correcto se impone y hay que darles a los jóvenes ‘libertad’ para, incluso, mantener relaciones sexuales con adultos cuando son menores de edad.

Por otra parte, hay que resaltar el hecho de que países como Uganda, Mozambique, Kenia, Sudáfrica, Zambia y Zimbabwe han conseguido reducir sus altas tasas de cifras de SIDA gracias a programas de prevención basados, precisamente, en la abstinencia y la fidelidad. El SIDA, como también ocurre con el incremento de los casos de sífilis y gonorrea en España, no se reduce únicamente, ni mucho menos, con costosas campañas basadas en el fomento del uso del preservativo.





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El consumo de cannabis eleva la vulnerabilidad del cerebro a la heroína



El cannabis es en España, al igual que en muchos otros países europeos y en Estados Unidos, la droga más consumida entre los adolescentes. Una de las teorías que se esgrime en contra de su legalización es que puede constituir una puerta de entrada hacia otras sustancias tóxicas, como la heroína o las drogas de diseño; además, diversos estudios han relacionado la exposición al cannabis durante la adolescencia con un aumento del riesgo de enfermedades neuropsiquiátricas o relacionadas con las toxicomanías.


Un trabajo que se publica hoy en la revista Neuropsychopharmacology abunda en esta teoría. Según ha desvelado una investigación realizada por Yasmin Hurd, del Hospital Mount Sinai, de Nueva York, en modelos animales el cannabis puede en concreto, afectar la sensibilidad futura a la heroína.

El equipo de Hurd ha analizado los eventos neurobiológicos que se producen tras la exposición al cannabis y han observado que la marihuana afecta a los opioides endógenos que se encuentran de forma natural en el cerebro humano; estas sustancias químicas parecen tener un papel importante en la exacerbación de las emociones positivas y en la aparición del sentimiento de recompensa, precisamente las mismas regiones que estimulan muchas drogas.

Los resultados de este trabajo disipan la creencia comúnmente extendida de que el coqueteo con las drogas (es decir, un consumo experimental) no tiene por qué afectar al cerebro. Los autores han demostrado que, de hecho, el cerebro puede recordar consumos previos y hacer a los usuarios más vulnerables ante futuros consumos de tóxicos.

El trabajo podría tener impacto en las regulaciones gubernamentales dirigidas a la legalización del consumo del cannabis, indican los investigadores. Además, recuerdan que cualquier incremento en el número de personas adictas a estas sustancias tendría un impacto en el sistema de salud.

(Neuropsychopharma- cology 2006; Doi: 10.1038 /sj.npp.1301127).


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