miércoles, 13 de mayo de 2009

Un Solo Amor: África combate el SIDA fomentando la monogamia


Nueve países del sur de África con tasas de prevalencia del VIH en adultos superiores al 15% inician la campaña OneLove

REDACCIÓN HO.- Nueve países africanos - Malaui, Namibia, Lesoto, Suazilandia, Zimbabue, Zambia, Suráfrica, Mozambique y Tanzania- se han unido en la campaña One Love (Un solo Amor), con el objetivo de fomentar la monogamia y luchar contra una de las causas fundamentales que ha convertido al sur del continente africano es el epicentro de la pandemia del VIH-sida. Países todos ellos con tasas de prevalencia de VIH en adultos mayores del 15% (frente al 1% de media global).

La campaña está alentada por ONUSIDA, un asociado del Soul City Institute que busca "promover opciones sanas de estilo de vida a través de la sensibilización en los medios de comunicación".

La campaña, que también aboga por el aplazamiento de la edad en el inicio de las relaciones sexuales, se puso en marcha en Sudáfrica el pasado 14 de enero. La telenovela Soul City, que se emite en horario de máxima audiencia, y la radionovela del mismo nombre, que llegan a 16 millones de personas, son vehículos clave para difundir el mensaje a la población de todo el país. OneLove también es tema de tertulias y anuncios de radio y televisión y de diversas actividades de divulgación. Además, se distribuirán más de un millón de folletos informativos en distintas lenguas.

El objetivo global de la campaña es reducir el número de infecciones por el VIH en Sudáfrica en un 10% para 2011. Esto contribuirá a la meta fijada por el Consejo Nacional Sudafricano del Sida (SANAC), que aspira a reducir el número de nuevas infecciones por el VIH en Sudáfrica a la mitad en un par de años.

Sudáfrica tiene actualmente en el mayor número de seropositivos del mundo, con alrededor de 5,7 millones de personas que viven con el VIH en el país y una prevalencia del VIH en adultos -de 15 a 49 años- del 18%. Las campañas informativas sobre los riesgos potenciales ligados al estilo de vida permiten que permiten a las personas tomar decisiones informadas sobre su comportamiento sexual", dijo Catherine Sozi, coordinadora de ONUSIDA en Sudáfrica.

La epidemia de VIH en África meridional

La gravedad de la epidemia en África meridional -nueve países de la región son responsables del 35 por ciento del total de infecciones por el VIH de 2007- pone de relieve la necesidad de una acción intensificada y acelerada para lograr el acceso universal a la prevención, tratamiento, atención y apoyo relacionados con el VIH.

Conocer la raíz del problema para combatirlo

Según informa el Comité Independiente Anti-SIDA, el mantenimiento de múltiples parejas sexuales al mismo tiempo es un fenómeno que se explica por la vigencia de sociedades patriarcales que refrendan la poligamia; por tradiciones mal entendidas, como el que los hombres se acuesten con sus cuñadas en caso de enviudar éstas, o por prácticas modernas, como las de jóvenes que mantienen relaciones con hombres mayores, sugar daddies (papás de azúcar) a cambio de dinero, ropa o comida, o las de adolescentes que se inician en el sexo por presión del grupo.

Varias ONG realizaron encuestas para documentar las razones por las que se mantenían múltiples parejas simultáneas. Sue Goldstein, responsable de investigación de Soul City en Sudáfrica, una ONG para la prevención del sida a través de los medios de comunicación, explica que de las entrevistas se deduce que todavía no se entiende el riesgo que supone el VIH: "Y estamos hablando de una emergencia, con 300 mil personas muertas al año en nuestro país". Las razones aducidas para las parejas múltiples son diversas. "La gente identifica a una persona como su pareja principal, pero luego tiene varios amantes", explica Goldstein.

Para movilizar a las comunidades rurales, Soul City ha reclutado como socio al Consejo de Líderes Tradicionales, que puede estimular el cambio de comportamiento que la campaña pretende. "A veces las cuestiones culturales son erróneas", dice Goldstein. "Hay líderes que aseguran que la costumbre de hombres de acostarse con las viudas de sus hermanos no tiene que ver con la tradición. Éste exige que el cuñado se responsabilice de la mujer e hijos de su hermano si éste muere, pero no tiene por qué haber sexo".

La poligamia está presente en Suazilandia, donde su rey, Mswati III, tiene 14 esposas, y en áreas de Sudáfrica, donde el que con toda probabilidad será elegido presidente en las elecciones de esta semana, Jacob Zuma, está casado tres veces (cuatro si sumamos un divorcio).

Gwynneth Wong, jefa de misión de Acción contra el Hambre en Lesoto y Suazilandia, dice que "en muchos casos la tradición supone la aceptación social de prácticas modernas". Así, hombres que se acuestan con varias mujeres con las que no se casan aluden a la poligamia como justificación. La columnista del periódico Mail and Guardian Nikiwe Bikitsha asegura que la poligamia crece en Sudáfrica por la renuencia de los varones a casarse hasta la treintena, lo que deja a las mujeres con escasas oportunidades de matrimonio.

No todas las relaciones múltiples y simultáneas se explican por la tradición. Tanto o más importantes son las relaciones en las que jóvenes se acuestan con hombres mayores a cambio de dinero, ropa o comida o adolescentes que se inician en el sexo por presión de sus compañeros. "No es sólo la pobreza la que explica el sexo por dinero, hay una presión en el grupo para tener determinados objetos de consumo", explica Wong, con más de cinco años de experiencia en la zona. La multiplicidad de este tipo de relaciones supone la creación "de una red sexual invisible que posibilita la transmisión rápida del VIH una vez el virus entra en ella", tal y como rezan los folletos de la campaña. El virus se transmite con mayor virulencia en las primeras semanas de infección. La tasa de prevalencia del VIH entre las personas involucradas con múltiples parejas es del 36% en hombres de entre 20 y 24 años y del 21% en las mujeres de la misma edad.

Comite Independiente AntiSida

Las consecuencias de sufrir abusos sexuales durante la infancia

Un estudio hecho en Swazilandia publicado en The Lancet. En el mundo, 150 millones de niñas menores de 18 años que sufren violencia sexual. Los familiares y vecinos de las pequeñas son los principales responsables

Depresión, abuso de sustancias, embarazos no deseados o contagio de enfermedades de transmisión sexual. Éstos son algunos de los 'efectos secundarios' que sufren a largo plazo las mujeres que experimentan alguna forma de violencia sexual durante la infancia, además del trauma psicológico provocado por el episodio. Una tragedia, destaca un editorial de la revista 'The Lancet', "demasiado extendida como para seguir ignorándola".

Las cifras producen escalofríos. Una de cada tres niñas sufrirá al menos un episodio de violencia sexual antes de cumplir 18 años. Lo más probable es que el agresor sea un varón de la familia, un vecino o el novio. Al menos el 40% de las menores se ve sometido a este tipo de vejaciones en más de una ocasión y 13% de las veces ocurre en el colegio. Estos datos son resultado de un estudio realizado por UNICEF y los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) en Swazilandia.

Ya sea como arma de guerra, para 'prevenir o curar el sida', como castigo o por la sencilla razón de que, para algunos, el hombre tiene derecho a usar a la mujer cuándo y cómo les plazca. El hecho es que los abusos sexuales son un problema sanitario global y una violación de los derechos fundamentales de las mujeres, que pone en riesgo sus vidas, la de sus familias –porque las mujeres son el pilar fundamental del hogar en muchas culturas- y el desarrollo económico y social de los países más pobres.

En el África subsahariana la violencia sexual comienza a ser una preocupación, aunque existen pocos estudios fiables acerca de la situación en la región. La revista 'The Lancet' publica un trabajo realizado en Swazilandia, el segundo país más pequeño del África continental y el más afectado por el VIH del mundo, que dibuja un panorama desalentador.

Los investigadores seleccionaron 1.242 familias en las que había al menos una mujer con una edad comprendida entre los 13 y los 24 años y se entrevistaron en privado con ellas. Además de aportar datos sobre los abusos sexuales sufridos antes de cumplir los 18, proporcionaron información acerca de su salud y comportamientos de riesgo.

Un tercio de las encuestadas había vivido al menos un episodio de violencia sexual durante la infancia. Lo más frecuente era que hubieran sufrido un intento de violación, tocamientos o sexo bajo coacción. Una sexta parte de las chicas entre 13 y 17 años dijo haber sufrido abusos en los 12 meses anteriores a la entrevista. Normalmente, el agresor era alguien conocido (desde un padre a un vecino, pasando por el novio o marido) y el encuentro se produjo en la casa de la agredida, en el colegio o de camino al mismo.

Estas vejaciones "estaban asociadas con un aumento significativo de la probabilidad de sufrir depresión, tener ideas e intentos de suicidio, embarazos no deseados, complicaciones durante el mismo y abortos espontáneos, enfermedades de transmisión sexual, dificultad para dormir y consumo de alcohol", señalan los autores del estudio.

Los resultados de este primer informe fiable acerca de la violencia sexual en menores en un país africano "deberían disipar la percepción de que África ha escapado de algún modo a esta tragedia global", señalan Laura Murray y Gilbert Burnham, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins (EEUU) en un editorial. "La prioridad –continúan- es desarrollar estrategias para prevenir y tratar los abusos sexuales en la infancia". Medidas que "deben ir más allá de los límites de los sistemas de salud para implicar a las organizaciones comunitarias, ONGs y grupos religiosos".

Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente el 20% de las mujeres y el 5%-10% de hombres han sufrido abusos sexuales durante la infancia. Es decir, en el mundo hay 73 millones de niños y 150 millones de niñas menores de 18 años que sufren violencia sexual en forma de tocamientos y relaciones sexuales forzadas.



Comite Independiente AntiSida