viernes, 26 de noviembre de 2004

Expertos en VIH piden insistir en la abstinencia y la fidelidad


The Lancet publicará mañana una serie de comentarios sobre las prioridades de los esfuerzos globales para atajar la epidemia de sida. El principal está avalado por casi 150 expertos de 36 países que reclaman un cambio radical en las conductas sexuales de la población.

"Ha llegado el momento de aunar esfuerzos para prevenir la transmisión sexual del VIH. La epidemia mundial por el VIH-sida se ha convertido en una crisis sanitaria y humanitaria descontrolada que requiere una intervención urgente, especialmente en regiones con alta prevalencia, como el Africa subsahariana, donde se dan la mayoría de nuevas infecciones". Así arranca el documento que firman casi 150 autoridades mundiales y expertos en sida de 36 países, entre ellos el arzobispo sudafricano Desmond Tutu, el presidente Yoweri Museveni de Uganda, el enviado especial de Naciones Unidas para el VIH en Africa Stephen Lewis y representantes del Banco Mundial, del Fondo Global para la Malaria, la Tuberculosis y el Sida, de cinco agencias de Naciones Unidas y directivos de los programas de VIH en países tan afectados como Etiopía, India, Jamaica y Uganda, así como conocidas personalidades científicas, religiosas y de ONG contra el sida.

Ante el imparable avance de la infección y a pesar de los esfuerzos preventivos de los últimos años, los firmantes reclaman "la modificación o recomendación de comportamientos personales y normas sociales dirigidos a evitar o reducir las situaciones de riesgo". Y a continuación enumeran algunos principios esenciales.

Así, reclaman que los programas preventivos deben implantarse localmente, teniendo en cuenta el contexto cultural y social, y basados en la epidemiología de la infección. Deben considerar las vías más frecuentes de infección, concentradas en ciertos grupos de riesgo como las prostitutas o difundidas por toda la población en personas que tienen múltiples contactos sexuales.

Estrategia ABC

"La estrategia ABC (abstinencia, fidelidad y preservativos, por las siglas inglesas de abstinence, be faithful y condoms) puede desempeñar un papel importante en la reducción de la prevalencia mundial del VIH, como ya ha ocurrido en Uganda". Y añaden que estos mensajes deben matizarse según los grupos de población a los que van dirigidos.

"En jóvenes, debe ser prioritario promover la abstinencia o el retraso en el inicio sexual en aquéllos que no hayan tenido aún relaciones, haciéndose hincapié en evitar los riesgos como la mejor forma de prevenir la infección y otras ETS, así como los embarazos no deseados. Si ya se ha producido el debut sexual, debe estimularse la vuelta a la abstinencia o la fidelidad mutua con una persona sana como la mejor forma de evitar la infección. En el caso de jóvenes sexualmente activos también debe recomendarse el uso del preservativo. Jóvenes y adultos deben saber que el preservativo reduce el riesgo de infección de un 80 a un 90 por ciento, cuando se usa de forma sistemática y deben ser informados del riesgo de usarlo sólo ocasionalmente".

Asimismo, deben organizarse programas preventivos "dentro y fuera del ámbito escolar y los padres han de asumir su responsabilidad en la transmisión de valores y expectativas relacionados con el comportamiento sexual de sus hijos".

Con respecto a los adultos sexualmente activos, "la primera prioridad ha de ser la promoción de la fidelidad mutua con una pareja sana. La experiencia en países donde se ha reducido la incidencia de la infección demuestra que la reducción en el número de parejas es fundamental para alcanzar este objetivo a gran escala. En aquéllos que mantienen relaciones sexuales con personas que pudieran estar infectadas debe promoverse el uso habitual y correcto del preservativo, así como el consejo y la evaluación médica adecuados".

Finalmente, en las personas expuestas a riesgo elevado (contacto con prostitutas, promiscuidad, relaciones anales, etc.) debe promoverse el preservativo y evitar conductas peligrosas. Resulta importante identificar e instruir a personas marginadas, particularmente en zonas con elevada prevalencia de la infección, ya que constituyen el mayor reservorio de infectados.

La 'vacuna' ugandesa

En la última Conferencia Internacional del Sida, en Bangkok, se alzaron algunas voces críticas contra el programa de mayor abstinencia y fidelidad emprendido por el Gobierno ugandés y defendido por su presidente para otras naciones. No era políticamente correcto hablar en estos términos. El documento que mañana publicará The Lancet, la ineficacia de otras medidas y los llamativos resultados de Uganda significan un giro radical en las políticas de prevención, centradas hasta ahora casi exclusivamente en el preservativo, en especial desde las entidades internacionales. Uganda ha pasado de tener un 15 por ciento de infectados en 1991 a un 5 por ciento en 2002; este descenso es "único en el mundo", reconoce el informe de Onusida. Y añade que Uganda está consiguiendo un efecto que se podría comparar a la "existencia de una vacuna eficaz en el 80 por ciento".

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