miércoles, 30 de agosto de 2006

¿Cómo tratar a los pacientes adultos con VIH?



La Sociedad Internacional de Sida publica unas guías sobre el tratamiento de la enfermedad. ¿Cuándo comenzar?, ¿qué fármacos?, etc.
Elmundosalud.com

¿Cuándo conviene empezar la terapia antirretroviral? ¿Qué fármacos son los más apropiados? ¿Cuándo hay que cambiar de tratamiento y a cuál? A estas preguntas, que después de 25 años de epidemia de sida siguen planteándose tanto los médicos como los infectados por el VIH, tratan de responder las nuevas recomendaciones de la Sociedad Internacional del Sida (IAS), que se han presentado en la Conferencia Mundial de Toronto.

Desde 1996, fecha en la que apareció la terapia antirretroviral de alta eficacia (TARGA), el panel de expertos de la IAS ha actualizado en siete ocasiones sus consejos para tratar a los seropositivos. Las últimas recomendaciones, que se publican en la revista 'JAMA', establecen que el objetivo del tratamiento debe ser lograr que el virus sea indetectable o, lo que es lo mismo, que el número de copias por mililitro sea inferior a 50.

En primer lugar, los autores explican todos los pacientes con síntomas de la enfermedad de sida deben iniciar la terapia antirretroviral. En el caso de las personas asintomáticas, el tratamiento debe iniciarse cuando el número de células CD4 (unas células defensivas del organismo) caiga por debajo de 350 por mililitro y antes de que llegue a 200.

En cuanto a los fármacos más adecuados de las distintas familias existentes, los expertos señalan que conviene empezar con una combinación de dos inhibidores nucleótidos de la transcriptasa inversa junto con un inhibidor no nucleósido o bien junto con inhibidor de la proteasa potenciado con ritonavir. Ambas combinaciones son igual de eficaces.

Cualquiera que sea la opción elegida, "la adherencia a la terapia a corto y largo plazo es crucial para el éxito del tratamiento", confirman los miembros de la IAS.

El momento de cambiar

A pesar de que la formulación de los medicamentos antisida ha mejorado mucho en los últimos años para disminuir sus efectos adversos, todavía hay pacientes que no los toleran bien y se ven obligados a cambiar de régimen. Las causas más frecuentes por las que una persona seropositiva tiene que cambiar de terapia son: los efectos secundarios, la intolerancia a alguno de los fármacos y el fracaso del tratamiento.

Dependiendo del motivo, el médico optará por una u otra medida. Así, por ejemplo, en el caso de que la toxicidad no se pueda atribuir con certeza a ninguno de los fármacos se debe optar por interrumpir la terapia durante un tiempo.

Por el contrario, si lo que ocurre es que el tratamiento no funciona se puede cambiar y probar con una combinación de enfuvirtida, el único inhibidor de la fusión disponible en el mercado, junto a los nuevos inhibidores de la fusión potenciados.

Sin embargo, los investigadores que presentaron estas recomendaciones indican que "el cambio de régimen terapéutico solo se justifica cuando existan posibilidades de conseguir de nuevo la supresión viral".

Las nuevas guías también incluyen pautas específicas para las pacientes embarazadas y para los que están también infectados con el virus de la hepatitis B y C.



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