lunes, 7 de agosto de 2006

El «peligro latente» de las anfetaminas y las pastillas



A. S./LOGROÑO
Entre los enfermos con patologías mentales, la incidencia de los alucinógenos, especialmente de las anfetaminas y de las drogas de diseño, se sitúa en índices del 13,6 y el 8,6%, porcentajes relativamente bajos en comparación con el cannabis o la cocaína. Pero los expertos temen que estas cifras se disparen en los próximos años: los efectos de las pastillas aparecen tiempo después del consumo. Pueden pasar incluso décadas. Y estas sustancias se encuentran muy extendidas en los jóvenes de hoy, que pueden convertirse, según los especialistas, en los enfermos de mañana. «En muchos adolescentes, los efectos del éxtasis permanecen en estado de latencia», explica Iván Santolalla, uno de los autores del estudio. El investigador añade que «los problemas psicológicos llegarán con el tiempo».

No es una suposición, sino una certeza. Los expertos riojanos han descubierto que un importante segmento de población entre 45 y 55 años sufre ahora trastornos de personalidad y baja autoestima. Las causas deben buscarse en la proliferación del uso de anfetaminas en los años 80 entre personas que entonces rondaban la treintena y necesitaban 'ayuda' para cumplir con sus obligaciones personales o sociales. «En aquel momento, e inmediatamente después, no sufrieron las consecuencias de las pastillas que tomaron, pero las enfermedades psicológicas han llegado con el tiempo», concluye Iván Santolalla.

Los expertos advierten de que las consecuencias del éxtasis aparecerán en los consumidores antes incluso que las de las anfetaminas, y de una manera más dañina. De hecho, ya empiezan a acudir a las consultas médicas pacientes que consumieron drogas de diseño hace ocho y diez años.
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