La Investigadores de Estados Unidos han logrado introducir en células musculares de macacos el ADN necesario para producir una molécula tipo anticuerpo eficaz contra el virus de la inmunodeficiencia de los simios (VIS). En el prometedor trabajo ha participado Eloísa Yuste.
La clave para encontrar una vacuna eficaz para el VIH es desarrollar un gen inmunológico que aumente los anticuerpos existentes para neutralizar la actividad de diferentes cepas del virus. Desafortunadamente, se ha conseguido muy poco progreso en este sentido, sobre todo en el diseño de nuevos genes inmunes.
El grupo de Philip Johnson, del Hospital Infantil de Filadelfia, ha utilizado un modelo de virus de inmunodeficiencia simia (VIS) para desarrollar un modelo de transferencia de genes diferente al empleado hasta ahora.
Según explica en un estudio que se publica hoy en Nature Medicine, el citado grupo ha empleado un vector de transferencia genética asociado a adenovirus para implantar en el músculo un gen que expresa anticuerpos o el anticuerpo similar a las inmunoadhesinas, que tiene una especificidad predeterminada frente al virus de inmunodeficiencia simia. Con esta nueva vía de inserción, el gen se libera en el músculo, donde produce anticuerpos y luego éstos pasan al sistema sanguíneo y se dirigen de forma específica al VIS.
Distribución
Con esta estrategia, las moléculas específicas para el VIS se sintetizan de forma endógena en miofibras y por eso se pueden distribuir por el organismo sin problemas.
A partir del modelo simio, los autores del trabajo han conseguido generar una actividad sérica neutralizante a largo plazo y han visto que se produce una protección completa frente a la virulencia del VIS.
En conclusión, la estrategia empleada por el grupo de Johnson sortea el sistema adaptativo y ofrece una base sólida de aproximación a una vacuna eficaz frente al virus de inmunodeficiencia humana (VIH), investigaciones que no están dando frutos positivos a pesar del número de grupos que están trabajando en este campo.
El reto de la variabilidad
El mayor reto al que se enfrentan es conseguir anticuerpos que consigan neutralizar la amplia variedad de subtipos de VIH que se han caracterizado, según ha explicado a Diario Médico Eloísa Yuste, que participó desde la Universidad de Harvard (donde trabajó seis años) en el estudio y actualmente es investigadora Ramón y Cajal del equipo de Josep María Gatell en el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi y Sunyer (Idibaps)-Hospital Clínico de Barcelona y el programa Ivacat de Clínico e IrsiCaixa para investigar vacunas contra el VIH.
"El trabajo es muy importante porque antes ha habido fracaso de vacunas para el sida a gran escala y se ha producido un parón de los ensayos clínicos para replantearse nuevas estrategias, que es lo que se ha hecho en Estados Unidos. Los últimos proyectos consistían en inducir inmunidad celular pero este trabajo se basa en producir anticuerpos; lo novedoso de su diseño es que en vez de inducir la expresión de una proteína frente a la que responde el organismo produciendo anticuerpos lo que hace es transferir directamente el gen del anticuerpo, por medio de un vector adenovirus, para que el organismo haga copias. Es un diseño totalmente nuevo y como prueba de concepto resulta muy prometedor".
¿Posible en humanos?
¿Es posible probar este método en humanos? "Habría que tener anticuerpos que neutralizasen todos los subtipos de VIH, que tienen una variabilidad enorme geográficamente e incluso dentro de un solo enfermo", ha dicho Yuste, que ahora está buscando anticuerpos efectivos ante un amplio espectro de VIH y en el trabajo norteamericano colaboró con los ensayos in vitro.
A su juicio, llegar a tener una vacuna contra el VIH a medio y largo plazo es factible, aunque hace falta inversión pública porque, por el momento, la industria farmacéutica internacional parece más interesada en el tratamiento de los enfermos crónicos que en la prevención.
(Nature Medicine; DOI: 10.1038/nm.1967).
La clave para encontrar una vacuna eficaz para el VIH es desarrollar un gen inmunológico que aumente los anticuerpos existentes para neutralizar la actividad de diferentes cepas del virus. Desafortunadamente, se ha conseguido muy poco progreso en este sentido, sobre todo en el diseño de nuevos genes inmunes.
El grupo de Philip Johnson, del Hospital Infantil de Filadelfia, ha utilizado un modelo de virus de inmunodeficiencia simia (VIS) para desarrollar un modelo de transferencia de genes diferente al empleado hasta ahora.
Según explica en un estudio que se publica hoy en Nature Medicine, el citado grupo ha empleado un vector de transferencia genética asociado a adenovirus para implantar en el músculo un gen que expresa anticuerpos o el anticuerpo similar a las inmunoadhesinas, que tiene una especificidad predeterminada frente al virus de inmunodeficiencia simia. Con esta nueva vía de inserción, el gen se libera en el músculo, donde produce anticuerpos y luego éstos pasan al sistema sanguíneo y se dirigen de forma específica al VIS.
Distribución
Con esta estrategia, las moléculas específicas para el VIS se sintetizan de forma endógena en miofibras y por eso se pueden distribuir por el organismo sin problemas.
A partir del modelo simio, los autores del trabajo han conseguido generar una actividad sérica neutralizante a largo plazo y han visto que se produce una protección completa frente a la virulencia del VIS.
En conclusión, la estrategia empleada por el grupo de Johnson sortea el sistema adaptativo y ofrece una base sólida de aproximación a una vacuna eficaz frente al virus de inmunodeficiencia humana (VIH), investigaciones que no están dando frutos positivos a pesar del número de grupos que están trabajando en este campo.
El reto de la variabilidad
El mayor reto al que se enfrentan es conseguir anticuerpos que consigan neutralizar la amplia variedad de subtipos de VIH que se han caracterizado, según ha explicado a Diario Médico Eloísa Yuste, que participó desde la Universidad de Harvard (donde trabajó seis años) en el estudio y actualmente es investigadora Ramón y Cajal del equipo de Josep María Gatell en el Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi y Sunyer (Idibaps)-Hospital Clínico de Barcelona y el programa Ivacat de Clínico e IrsiCaixa para investigar vacunas contra el VIH.
"El trabajo es muy importante porque antes ha habido fracaso de vacunas para el sida a gran escala y se ha producido un parón de los ensayos clínicos para replantearse nuevas estrategias, que es lo que se ha hecho en Estados Unidos. Los últimos proyectos consistían en inducir inmunidad celular pero este trabajo se basa en producir anticuerpos; lo novedoso de su diseño es que en vez de inducir la expresión de una proteína frente a la que responde el organismo produciendo anticuerpos lo que hace es transferir directamente el gen del anticuerpo, por medio de un vector adenovirus, para que el organismo haga copias. Es un diseño totalmente nuevo y como prueba de concepto resulta muy prometedor".
¿Posible en humanos?
¿Es posible probar este método en humanos? "Habría que tener anticuerpos que neutralizasen todos los subtipos de VIH, que tienen una variabilidad enorme geográficamente e incluso dentro de un solo enfermo", ha dicho Yuste, que ahora está buscando anticuerpos efectivos ante un amplio espectro de VIH y en el trabajo norteamericano colaboró con los ensayos in vitro.
A su juicio, llegar a tener una vacuna contra el VIH a medio y largo plazo es factible, aunque hace falta inversión pública porque, por el momento, la industria farmacéutica internacional parece más interesada en el tratamiento de los enfermos crónicos que en la prevención.
(Nature Medicine; DOI: 10.1038/nm.1967).
Leído en Diario Médico
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