Cuando uno de los principales investigadores del mundo anuncia que es poco probable encontrar una vacuna contra el VIH / SIDA, el sentido común obliga por lo menos a tomar nota. La castidad sigue siendo, como siempre lo ha sido, la única respuesta.
Steven W. Mosher
Las fotos de las víctimas infantiles del VIH/SIDA conmueven al más duro de los corazones. Los esqueléticos miembros y estómagos que bordean las costillas de esos pequeños niños golpean y mueven hacia la solidaridad. Algunos lo saben muy bien y traducen esta corriente sentimental en fondos para encontrar una vacuna contra el VIH/SIDA. Prometen salvar a muchos niños de la muerte.
Este no es el caso de la Dra. Bonnie Dunbar, fundadora del Centro Biomédico de África en Kenia. La Dra. Dunbar promete poco y trabaja mucho con las víctimas del VIH y otras enfermedades infecciosas. Al hablar en la IV Conferencia Pública Internacional sobre Vacunación, la afamada investigadora sostuvo que miles de millones de dólares son desperdiciados en la investigación de una vacuna contra el VIH/SIDA, cuando existen muchas más necesidades urgentes de salud de los africanos. Y algunas acciones que deberían ser prioritarias no reciben tanta atención ni fondos.
Durante años, la Dra. Dunbar ha recibido muchos premios por sus esfuerzos para desarrollar una vacuna anticonceptiva. Recientemente, abandonó esta investigación debido a que todas sus vacunas de prueba no eran anticonceptivas sino esterilizantes: destruían los ovarios de los animales de laboratorio a los que se les inyectaron.
Sus décadas de experiencia en África, le enseñaron lo que nosotros en el occidente hemos olvidado: No hay que ver aisladamente al VIH/SIDA. Su propagación ocurre simultáneamente a la propagación de otras muchas enfermedades de transmisión sexual y enfermedades infecciosas. Aspecto que la Dra. Dunbar ha comprobado fehacientemente para el caso africano. Ese es un elemento clave para entender su propagación y las formas de prevenirlo. A ese punto de partida hay que agregarle la consideración de otros factores: la resistencia a los medicamentos, la desnutrición, la deshidratación y otras condiciones sanitarias deficiente. Estos hechos son un problema subyacente en toda África subsahariana. Todos estos factores se combinan para hacer a los africanos particularmente susceptibles al VIH/SIDA.
De hecho, tan comprometidos están los sistemas inmunes de muchos niños y adultos africanos que la Dra. Dunbar pregunta si estarán aptos a la respuesta inmunológica requerida para que una vacuna sea eficaz. Cree que el aumento a la atención de las necesidades básicas de salud a través de una mejor dieta y agua potable podría hacer mucho más para reducir las enfermedades que una vacuna.
¿Por qué entonces tanto entusiasmo (y fondos) para encontrar una vacuna contra el SIDA y tan poco por medidas en extremo razonables y quizás más eficaces?
Además, en la actualidad de hecho no existe vacuna eficaz contra el VIH/SIDA disponible en la actualidad. Y lo más interesante es que Dunbar cree que será imposible desarrollar una.
¿Por qué sería muy poco probable encontrar una vacuna contra el SIDA que funcione en Africa?
La muy reconocida investigación en inmunología reproductiva del Dr. Chuck Wira, junto con los resultados de la Dra. Dunbar, han convencido a ésta última que cualquier vacuna contra el VIH/SIDA no hará nada para evitar la transmisión heterosexual, que es el principal problema en África.
Los motivos de esto son muy técnicos, pero déjenme resumir lo mejor que pueda. En primer lugar, de acuerdo a la Dra. Dunbar, el útero de la mujer tiene receptores de VIH muy sensibles. Las respuestas inmunes que se desarrollen en el aparato reproductivo no detendrían al VIH.
¿Por qué? Porque durante dos tercios del mes, el aparato reproductor está muy activo en un sentido inmunológico. El cuello del útero segrega anticuerpos que reaccionan contra cualquier cuerpo extraño como bacterias por ejemplo. El útero tiene una inmunidad celular activa. Los oviductos segregan microbicidas endógenos para atacar a las bacterias (y a veces contra los espermatozoides).
Pero entonces, justo en el medio del ciclo de una mujer, todo el sistema inmunológico del aparato reproductivo deja de funcionar por diez días. No funciona con el fin de evitar el ataque a los espermatozoides que ingresan (cuerpos totalmente extraños al aparato femenino). También para proteger eventualmente cualquier cigoto fertilizado, diminutos seres humanos ya concebidos. Las hormonas de la mitad del ciclo menstrual hacen que ambos sistemas inmunológicos humoral y celular se desactiven para facilitar así la fertilización y la implantación.
Como explica la Dra. Dunbar, “Es el cuerpo diciendo, ‘Tenemos que detenernos. Necesitamos ese embrión y necesitamos que el embrión se implante y no podemos atacarlo.’ Así que esta vez es la belleza de la Madre Naturaleza ayudando a perpetuar las especies a través de la eficaz biología reproductiva.”
Entonces ¿qué significa todo esto para el desarrollo de una vacuna contra el VIH/SIDA? Según la Dra. Dunbar, “que por diez días no importa lo que tengas en tu sistema sanguíneo… tu aparato reproductivo va a dejar de funcionar, independientemente de los anticuerpos generados de manera previa… Y así una vacuna que induce a la inmunidad humoral o celular probablemente no sería efectiva para evitar infecciones de transmisión sexual o el VIH en el medio del ciclo menstrual de la mujer. Las repercusiones de una vacuna así para efectos de prevenir la transmisión heterosexual del VIH/SIDA y algunas de estas otras enfermedades es bastante limitada”
“Nadie que yo sepa, realmente ha visto esto en el desarrollo de la vacuna”, concluyó la Dra. Dunbar. “Creo que esta es una de las razones por la cual no ha sido satisfactoria en muchos casos.”
Los miles de millones de dólares que se han gastado en el desarrollo de la vacuna contra el VIH y enfermedades de transmisión sexual, mejor se hubieran invertido en alimentos básicos y agua. La Dra. Dunbar agregó: “Me gustaría decir que la desnutrición y las fuentes de agua son, básicamente, nuestra preocupación en África. Nuestra vacuna más eficaz es un vaso de agua potable.”
¿Las afirmaciones de la Dra. Dunbar son un testimonio confiable?
Por lo anterior, cualquiera podría pensar que la Dra. Dunbar es una enemiga declarada de la estrategia de los condones para prevenir el SIDA. Es sumamente interesante saber que la Dra. Dunbar más bien es una activa promotora del “control de la población” en África. No es entonces alguien que discrepe de la anticoncepción o de los condones. Todo lo contrario.
La Dra. Dunbar ha trabajado como personal científico sobre temas de población con el Population Council, la Rockefeller University, y como asesora de USAID y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en las naciones en vías de desarrollo en América del Sur, África, China e India. Sigue creyendo que “si el crecimiento de la población y otros temas de salud básica no se aplican de inmediato a escala mundial, los problemas de enfermedades emergentes, así como el daño al medioambiente, el calentamiento global causarán problemas insuperables.”
Así que en la cuestión de la vacuna contra el VIH/SIDA, pienso que ella es una testigo perfectamente confiable.
Si los africanos pueden tener acceso al agua potable y cultivan los alimentos nutritivos que sus países son capaces de producir, todas las diferentes enfermedades incluyendo el VIH/SIDA van a disminuir.
En esos asuntos deberíamos concentrar nuestra ayuda.
Joan Claire Robinson es la Asistenta del Editor de Population Research Institute.
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