No se hacen estudios de VIH y de sífilis en todas las embarazadas en México. Los niños recién nacidos serán las víctimas de las fallas de los adultos
Es una vergüenza. La falta de información, ignorancia, el vicio, descuidos médicos y carencia de estudios clínicos adecuados en los hospitales han permitido que en México sigan naciendo niños con VIH/sida o sífilis congénita.
Un par de pruebas para la detección de anticuerpos y bacterias pueden salvar a un bebé de contraer esos males, pero no todas las mujeres se las practican. La consecuencia es que heredan a sus hijos estas enfermedades que, en muchas ocasiones, incluso desconocen que padecen. Los hospitales que atienden a embarazadas no cuentan con suficientes elementos para practicar ese tipo de pruebas de laboratorio.
La Secretaría de Salud (Ssa) considera que para 2012 la aplicación de dichos estudios clínicos sea universal y voluntaria en el caso del VIH/sida. ¿Voluntaria para quien? ¿para el bebé que está por nacer?. No, debe ser obligatoria; confidencial sí, pero obligatoria.
En México, hombres inmigrantes contraen en USA el VIH y lo inyectan a sus esposas. Éstas no se hacen la prueba, creen que todo va bien, hasta que salta la sorpresa, y alguien se revela con sida.
Cuando se detecta que la madre es portadora de este virus, el 98% de los tratamientos antirretrovirales es eficaz y evita la transmisión de madre a hijo de esta enfermedad.
Sexualidad responsable
La historia de quienes padecen sífilis congénita es muy similar: una toma de sangre de la mujer embarazada puede evidenciar la presencia de la enfermedad que se transmite por relaciones sexuales, y con ello evitar que sus hijos nazcan con esta infección, mediante un tratamiento adecuado con el uso de antibióticos.
Se debe aplicar las pruebas de detección de anticuerpos y bacterias de manera universal a los 2 millones de mujeres embarazadas que, de promedio, hay cada año en México. Estas pruebas deben estar disponibles en todos los centros de salud del país; que la mujer embarazada lleve un control prenatal desde el comienzo de su gestación y, finalmente, que se impulse una cultura de una sexualidad responsable, no loca, en México.
Cifras del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) revelan que en México hay un promedio de 100 niños por año que nacen con VIH/sida; igual número o un poco más nacen con sífilis congénita.
La sífilis crece entre indígenas y jóvenes.
También, se observa un incremento de esta infección en las mujeres adolescentes del país, debido a la precocidad sexual y a la promiscuidad.
La sífilis es una enfermedad infecto-contagiosa y el VIH es una enfermedad de trasmisión. Para la primera, el tratamiento estándar de oro es la penicilina, que trata y cura la infección. En los casos de VIH, se utilizan los antirretrovirales, que sólo controlarán el padecimiento.
Cuando una mujer embarazada adquiere sífilis, esta bacteria es capaz de traspasar la barrera placentaria y producir daños importantes en la gestación del bebé, dependiendo de la etapa en que se dé el contagio.
Entre los problemas que pueden presentar los recién nacidos están las malformaciones del corazón; pueden desarrollar sordera, ceguera, disturbios mentales, parálisis, deformidades o incluso hasta morir.
Comite Independiente AntiSida
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