sábado, 3 de septiembre de 2005

El papel de la Iglesia Católica.

Dejamos ahora a un lado la tarea de cientos de hospitales y de personas de la iglesia que dedican vida y esfuerzos a la tarea asistencial de enfermos de sida. La primera Casa de Acogida de enfermos de sida la puso la madre Teresa de Calcuta en Nueva York después de pelear con el alcalde de la ciudad para recibir los permisos requeridos. Vamos a comentar aspectos relativos a la prevención en los que, de nuevo la Iglesia es quien más está trabajando ya que promueve unos valores que son los básicos en la lucha contra el sida: no a la drogadicción, no a la prostitución y promiscuidad, y si a la familia y a la fidelidad.

El papel que la Iglesia católica ha desempeñado en la prevención del SIDA en el África subsahariana es importante. En Uganda, Tanzania y Nigeria se han formado grupos de jóvenes, promovidos por religiosos, sacerdotes y laicos católicos, que se dedican a la lucha contra el SIDA (20) . Algunos de estos grupos llevan el significativo nombre de Youth Alive o Youth for Life, y en ellos, los jóvenes se comprometen a luchar contra el SIDA, comenzando por sí mismos y buscando la adhesión de sus compañeros de escuela, por medio de la continencia sexual hasta el matrimonio. El caso de Uganda es ejemplar, en un estudio presentado por la agencia de la ONU sobre el SIDA (21), se observa que entre 1989 y 1995 ha disminuido en un 10% la fuerza de la epidemia, y la encuesta reconoce el cambio de actitud de los jóvenes que han comenzado a retrasar su primera relación sexual, difiriéndola al matrimonio. En 1989, sólo el 31% de los chicos y el 26% de las chicas de 15 a 19 años declaraba haberse abstenido de relaciones sexuales ; en 1995 los chicos eran el 56% y las chicas el 46%.

Mons. Jacques Suaudeau, del Pontificio Consejo para la Familia, que también es médico, ha informado (en la edición del 19 de abril del 2000 del L’Osservatore Romano) que los adolescentes sí cambian su conducta si se les guía correctamente. Mons. Suaudeau descubrió que en Uganda, Tanzania y Nigeria, hay grupos juveniles que han sido organizados por religiosas, sacerdotes y laicos que están preocupados por los jóvenes. Estos grupos se dedican a luchar contra el SIDA y tienen nombres muy significativos, como "Juventud Viva" y "Juventud para la Vida". A estos grupos informales, que son independientes de cualquier gobierno u organización estatal, pertenecen chicos y chicas de 16 a 18 años de edad que se dedican a difundir la continencia (abstinencia sexual) hasta el matrimonio y la castidad conyugal entre sus compañeros de clases. Estos grupos no son proyectos teóricos, existen realmente --de hecho, han existido durante varios años. Son discretos y eficaces.

Tuvimos la oportunidad de reunirnos con ellos. Conversamos con jóvenes normales, sonrientes, felices e interesados en la música y el fútbol, jóvenes que aman la vida, pero no los profilácticos. Estos jóvenes y sus grupos no están pidiendo dinero; sino amor, paciencia, tiempo, dedicación y fe a aquellos que los guían.

Sin lugar a dudas, este es el modelo que hay que seguir. Ciertamente no es un modelo fácil de emular. Pero es un modelo plenamente humano, que se basa en la fe y en la esperanza, no en un pedazo de goma hecho de látex.

Con los millones de dólares que se gastan en el negocio de los profilácticos, se hubiera podido lograr mucho más para la juventud africana, para su educación, para brindarles apoyo y para una prevención eficaz del SIDA fundada en la castidad.

Mons. Suaudeau también informa que cada vez más jóvenes ugandeses están esperando hasta el matrimonio para tener relaciones sexuales. Las encuestas realizadas en Kampala, la capital del país, arrojaron que sólo el 31% de los chicos entre 15 y 19 años de edad fueron continentes hasta el matrimonio en 1989; pero que esta cifra había aumentado al 56% en 1995. Entre las chicas, este índice aumentó del 26% al 46%. Entre los hombres casados, el índice de relaciones sexuales infieles disminuyó de un 22.6% a un 18.1%. Al mismo tiempo, la tasa de enfermedades de transmisión sexual bajó del 21% al 5% de 1990 a 1996.

Es verdad que también durante ese tiempo aumentó el uso de los preservativos. Pero Mons. Suaudeau considera que el factor más importante ha sido el cambio de conducta a favor de la castidad. Después de todo, otros países han tenido un aumento de preservativos, pero no un descenso de casos de SIDA.

El FNUAP y la USAID promueven los preservativos. En su portal cibernético, la USAID dice que ha "proporcionado más de mil millones de preservativos en sus esfuerzos para combatir el SIDA [y que] el uso correcto y habitual de los preservativos protegerá significativamente de la transmisión del VIH y de otras enfermedades que se transmiten sexualmente". Nosotros nos preguntamos: "¿Cuán significativa es esa protección y durante cuánto tiempo dura la misma?"

La política de la USAID para impedir el SIDA consiste en las siguientes tres maneras de abordar el problema: los preservativos, la continencia y la fidelidad matrimonial. Pero esta política carece de sabiduría pedagógica. Con una mano la USAID ofrece preservativos y con la otra, continencia y fidelidad. ¿Qué escogerán los ingenuos jóvenes? Si un maestro ofrece con una mano la clave para hacer trampa en los exámenes de entrada a la universidad y con la otra los libros para estudiar para dichos exámenes, ¿qué escogerán los estudiantes? En general los adolescentes consideran que los funcionarios del gobierno son personas en las que se puede confiar. El ofrecerles preservativos a los jóvenes socava la estima de la castidad. Debemos preguntarnos entonces por qué después de mil millones de preservativos ahora tenemos 40 millones de infecciones. ¿Qué otra cosa podrá hacerles a los jóvenes todo este inmenso mercadeo de los preservativos que no sea el sugerirles que los intenten usar?

La edición del diario Baltimore Sun in Yomiuri del 16 de julio del 2002, informó que el índice de infecciones del VIH/SIDA en Uganda descendió del 31% en 1990 al 8.3% en 1999. Como ya hemos visto, la castidad es el método de prevención que muchos prefieren en Uganda. Esas cifras indican que existe un método eficaz para impedir el SIDA y muchos jóvenes ugandeses y de otras partes del mundo lo conocen y lo están usando. Ha llegado la hora de cambiar de táctica. Los adolescentes están esperando el liderazgo de sus mayores. Un refrán japonés dice sabiamente que "cuando se tiene prisa, hay que tomar el camino más largo". El atajo son los preservativos, pero conducen a la muerte. El camino más largo es la castidad, que lleva a la vida.


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