viernes, 9 de septiembre de 2005

La Comunidad ha atendido a 3.140 adictos al cannabis en lo que va de año, el doble que en 2004


Agencias. 09.09.2005

La Comunidad de Madrid ha facilitado asistencia a un total de 3.140 pacientes por adicción al cannabis en los primeros ocho meses de 2005, más del doble de la registrada en todo el año anterior, cuando se atendieron a 1.146 adictos a esta sustancia.Continúan artículo y comentarios

El perfil medio de los pacientes atendidos es el de un varón —80% de los casos-, de 28 años de edad media, y que había empezado a consumir cannabis en torno a los 16 años, por lo que llevaba una media de 12 años de consumo. Suelen ser de clase media, sin incidencias legales, solteros, sin hijos, que viven con su familia en el 50% de los casos. El consumo se realiza en el propio barrio (58 por ciento), centros educativos (16 por ciento) y en lugares de ocio (18 por ciento) y la mayoría consumía, además, otras drogas.

Suelen ser de clase media, sin incidencias legales, solteros, sin hijos, que viven con su familia en el 50% de los casos El tratamiento de deshabituación al cannabis, según explicaron fuentes de la Agencia Antidroga, pasa por un abandono total e inicial de su consumo e incluye apoyo psicológico y, en su caso, tratamiento psiquiátrico de las patologías que pudieran estar asociadas a su consumo.

La Consejería de Sanidad y Consumo puso en marcha el pasado curso escolar, a través de la Agencia Antidroga, el programa preventivo "Déjame que te cuente algo sobre los porros", que se inició, como proyecto piloto nacional, en varios centros educativos de la región. El programa, primero en España específico para la prevención del consumo de cannabis, está destinado a adolescentes, periodo en el que se inicia el consumo de esta sustancia.


Resina de cannabis y marihuana

Los derivados del cannabis que se consumen habitualmente son resina de la planta, llamada hachís, y diversas partes de la planta desecadas, lo que se conoce como marihuana. Los efectos que caracterizan su consumo están provocados por una de las más de cien sustancias que hasta ahora se han identificado en la planta de cannabis, el tetrahidrocannabinol o THC.

El consumo elevado de cannabis puede provocar, como efectos inmediatos, apatía, síndrome amotivacional y reacciones de suspicacia. El consumidor habitual de cannabis desarrolla tolerancia a sus efectos y necesita incrementar la dosis para obtener las mismas sensaciones que tenía en principio. Al cesar el consumo aparece el síndrome de abstinencia, que en el caso del cannabis se caracteriza porque el paciente sufre un cuadro de ansiedad, irritabilidad, insomnio, temblor y vómitos, entre otras posibles alteraciones.

Uno de los principales riesgos del consumo de cannabis es la posibilidad de que desencadene determinados trastornos psiquiátricos. Ansiedad, crisis de angustia, trastornos afectivos, trastornos cognitivos, deterioro de la personalidad y diferentes trastornos psicóticos son las principales psicopatologías que se han descrito como asociadas al consumo de cannabis.

Entre ellas destacan, por su gravedad, los cuadros psicóticos, lo que en psiquiatría se conoce como psicosis cannábicas. Existen opiniones diferentes acerca de si el cannabis actúa como mero desencadenador de una psicopatología que se encuentra "dormida", o como generador de la misma. En todo caso, la asociación del consumo de cannabis con estas psicosis está plenamente demostrada. Esta patología psiquiátrica, que puede darse en algunos consumidores habituales, que consumen, al menos, varios días por semana, suele cronificarse, sufriendo el paciente brotes agudos de psicosis cada cierto tiempo.

EL 26% de los adolescentes consume de forma habitual

Según la última Encuesta sobre Drogas a Población Escolar, correspondiente a 2004, el 26,2% de los adolescentes —entre 14 y 18años— de la Comunidad de Madrid consumen cannabis de forma habitual. Este porcentaje es superior en 1,3 puntos porcentuales a la prevalencia de consumo de 2002, cuando se situaba en el 24,9%.

La encuesta incluye, junto a las preguntas de confirmación de consumos, otras relacionadas con las circunstancias, las razones o los efectos que producen las sustancias. En el caso del cannabis los propios consumidores adolescentes han señalado que su consumo les produce pérdidas de memoria (lo afirmó el 30,5%), dificultad para estudiar o trabajar (el 19,7%), tristeza, ganas de no hacer nada o depresión (17,1%) y enfermedades o problemas físicos (6,6%).

En el estudio de las variables que inciden sobre el consumo de drogas, la encuesta refleja que, en el caso del cannabis, la hora de llegada a casa en las salidas nocturnas se relaciona con una mayor prevalencia de consumo, sin distinción de edades. Los jóvenes que vuelven a casa más tarde de las 2:30 horas tienen más posibilidades de consumir cannabis que los que vuelven antes, independientemente de la edad que tengan.

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