Un estudio publicado en Science confirma que la prevención centrada en el cambio de hábitos sexuales reduce la prevalencia de VIH. Aunque la experiencia se refiere a Zimbaue, se suma a las de Uganda y Tailandia, que han obtenido resultados muy similares.
Un estudio internacional que se publica hoy en Science ha aportado la "primera evidencia científica clara de una reducción en la prevalencia del VIH gracias a cambios en los hábitos de comportamiento sexual". Bajo la dirección de Simon Gregson, del Imperial College de Londres, se ha analizado a 9.454 personas del Este de Zimbabue en dos oleadas censales: de 1998 a 2000 y de 2001 a 2003.
El retroceso en el VIH ha sido leve en la población adulta pero la prevalencia ha caído un 49 por ciento en mujeres de entre 15 y 24 años y un 23 por ciento en varones de 17 a 29 años. En 2003 Zimbabue contaba con 1,8 millones de infectados de una población de 12 millones. Se trata, además, del primer trabajo basado en muestras censales bien estructuradas, "lo que lo hace menos susceptible a resultados sesgados que adoptar el indicador de prevalencia del VIH en embarazadas".
La media de prevalencia cayó del 23 al 20,5 por ciento. En hombres de 17 a 54 años el descenso fue del 19,5 al 18,2 por ciento, mientras que en mujeres de 15 a 44 años declinó del 25,9 al 22,3. El secreto parece estar en los programas de prevención, gracias a los cuales se ha pospuesto la edad de la primera relación sexual y se ha reducido el número de parejas sexuales sin que por ello se reduzcan las tasas de utilización del preservativo.
Hasta ahora, Tailandia y Uganda eran los únicos países en los que se había apreciado un retroceso de la prevalencia de VIH, en ambos casos tras la implantación de programas preventivos basados en la educación para la salud y el abandono de hábitos de riesgo.
Richard Hayes y Helen Weiss, en un comentario adjunto al trabajo, aseguran que, pese a los datos, "la prevención del VIH debe seguir siendo una prioridad de la salud pública internacional. Existe una preocupación creciente por el aparente repunte de prácticas de riesgo incluso en los países donde cae la prevalencia del VIH, lo que obliga a revitalizar los esfuerzos preventivos para evitar un rebrote".
El retroceso en el VIH ha sido leve en la población adulta pero la prevalencia ha caído un 49 por ciento en mujeres de entre 15 y 24 años y un 23 por ciento en varones de 17 a 29 años. En 2003 Zimbabue contaba con 1,8 millones de infectados de una población de 12 millones. Se trata, además, del primer trabajo basado en muestras censales bien estructuradas, "lo que lo hace menos susceptible a resultados sesgados que adoptar el indicador de prevalencia del VIH en embarazadas".
La media de prevalencia cayó del 23 al 20,5 por ciento. En hombres de 17 a 54 años el descenso fue del 19,5 al 18,2 por ciento, mientras que en mujeres de 15 a 44 años declinó del 25,9 al 22,3. El secreto parece estar en los programas de prevención, gracias a los cuales se ha pospuesto la edad de la primera relación sexual y se ha reducido el número de parejas sexuales sin que por ello se reduzcan las tasas de utilización del preservativo.
Más tratamiento
De hecho, los comentaristas apuntan que un mayor acceso a la terapia antirretroviral puede reducir la mortalidad y por tanto, si no se reducen las nuevas infecciones, aumentar la prevalencia del VIH en los próximos años. "No obstante, invertir en prevención ahora produce ahorros futuros, por lo que esta estrategia es más importante que nunca".
En efecto, un segundo estudio que se publica en el mismo número de la revista Science demuestra que invertir en prevención es coste-efectivo: "Aunque cuesta unos 3.900 dólares prevenir cada nueva infección, el ahorro en futuros tratamientos supone alrededor de 4.700, con lo que estas medidas no sólo evitan la extensión de la epidemia sino que producen ahorros en el sistema".
El estudio señala que un fuerte compromiso internacional evitaría nada menos que 28 millones de nuevas infecciones hasta 2015, "más de la mitad de las que se espera que se produzcan en los 125 países con menor renta".
España teme el repunte
La prevención es precisamente uno de los aspectos que debe reforzarse en España, ya que según ha insistido la ministra de Sanidad, Elena Salgado, los datos de los últimos años muestran "que se ha bajado la guardia". En España se ha detectado un repunte de infecciones entre homosexuales y van ganando peso relativo los casos entre inmigrantes, muchos de los cuales se infectan en nuestro país.
No obstante, la situación puede revertirse, ya que nuestro país es "un ejemplo en otros ámbitos, como en la prevención de la transmisión en usuarios de drogas por vía parenteral", según Luiz Loures, director adjunto de Iniciativas Globales del Departamento de Apoyo a Países y Regiones de Onusida, que confía en que pueda abordar los nuevos retos preventivos. En términos globales, Onusida recalca que la población que convive con el virus sigue aumentando (ver DM del 22-XI-2005).
Science demuestra que invertir en prevención es coste-efectivo: "Aunque cuesta unos 3.900 dólares prevenir cada nueva infección, el ahorro en futuros tratamientos supone alrededor de 4.700, con lo que estas medidas no sólo evitan la extensión de la epidemia sino que producen ahorros en el sistema".
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