viernes, 21 de julio de 2006

La terapia antirretroviral reduce la aparición de infecciones oportunistas en niños


ALARGA LA ESPERANZA DE VIDA

ISABEL F. LANTIGUA El Mundo

MADRID.- Una reciente investigación ha descubierto que el tratamiento de gran actividad (TARGA), además de controlar la enfermedad en los pacientes seropositivos, reduce la aparición de infecciones oportunistas tanto en adultos como en niños, lo que disminuye la mortalidad y ofrece a los pequeños una posibilidad de alcanzar la edad adulta.

Hace justo una década las personas con VIH morían a menudo por las enfermedades oportunistas, que se aprovechaban del estado inmunodeprimido del paciente para actuar. Esta situación cambió en 1996 gracias a la llegada del TARGA. Ahora un trabajo, publicado en 'JAMA', compara por primera vez a gran escala cómo esta combinación de fármacos disminuye en los niños la aparición de las infecciones oportunistas.

Investigadores de la Facultad de Medicina de Harvard y de la Universidad de Boston(EE UU) siguieron a 2.767 chicos infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana entre enero de 2001 y diciembre de 2004 y compararon su situación con la de 3.331 menores que habían participado en otro estudio entre octubre de 1988 y agosto de 1998 (antes de la era TARGA). El objetivo era evaluar la incidencia de 29 infecciones oportunistas.

El equipo registró un total de 553 primeros episodios de infecciones entre 395 participantes (el 14%) del grupo que ya utilizaba la terapia antirretroviral. Las cuatro infecciones más comunes fueron la neumonía bacteriana, el herpes zóster, las infecciones dermatofíticas (de la piel) y la candidiasis oral.

Al comparar la presencia de estos trastornos entre la era anterior al TARGA y la posterior, los autores vieron que por cada 100 personas al año, la incidencia de la neumonía había descendido desde la introducción de los antirretrovirales nueve puntos, de 11,1 a 2,15 y el herpes zóster pasó de 2,9 a 1,11. Lo mismo ocurrió con las otras infecciones.

Los fármacos contra el sida y la profilaxis efectiva para cada una de estas enfermedades han reducido sustancialmente su incidencia en los últimos 10 años. No obstante, los autores reconocen que "a pesar de los avances y los beneficios derivados del TARGA las infecciones oportunistas no han desaparecido por completo y algunos niños seropositivos continúan desarrollándolas, bien porque no responden a la terapia, por falta de adherencia o por intolerancia a los fármacos".

Acceso limitado
Un editorial que acompaña al estudio, explica que en los países en vías de desarrollo, donde es especialmente grave la epidemia de sida, los niños tienen muchas dificultades para seguir y beneficiarse del tratamiento antirretroviral.

"En los últimos cinco años el debate científico y político ha dejado de centrarse en si estos fármacos pueden proporcionarse en esas zonas para fijarse en cómo se pueden administrar. Sin embargo, para los 2,3 millones de niños que viven en el mundo con VIH la cuestión no es ni dónde ni cómo, sino cuándo van a recibir la terapia que les permitirá vivir más años", escribe el doctor Joseph I. Harwell, de la división de enfermedades infecciosas del hospital de Rhode Island.

Este experto indica que los países desarrollados tienen una proporción muy pequeña de niños infectados con VIH por dos razones: primero, las mujeres embarazadas se someten a la prueba del sida y si están infectadas reciben tratamiento antirretroviral, lo que reduce las posibilidades de transmitir la infección a sus hijos y, en segundo lugar, los niños infectados también toman los fármacos, por lo que crecen con una enfermedad crónica.

"Claramente, la medicación funciona, mejora la calidad de vida de los seropositivos y reduce las complicaciones asociadas a la enfermedad", concluye el doctor Harwell. Por eso, es necesario que llegue a los países más afectados.

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