En los ocho países africanos donde disminuyen los infectados bajó también la promiscuidad.
Un grupo de niños durante el encuentro que mantuvieron con el papa Benedicto XVI en Luanda. EFE |
Santiago Mata
El pasado martes fue la primera vez, según dicen los expertos, que un papa utilizó la palabra preservativos. Pero lo hizo para afirmar que "agravan los problemas" de la "tragedia" del sida, "que no puede ser superada sólo con dinero". Las reacciones más comentadas no han sido las de quienes, como por ejemplo el patriarca ortodoxo ruso Kiril I, han manifestado su "solidaridad" con Benedicto XVI, sino las de quienes consideraron sus declaraciones como un peligro para la salud pública (caso del Gobierno francés).
Desde el campo científico, en una entrevista recogida este lunes por ilsussidiario.net, daba la razón al Papa Edward C. Green, director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de la Escuela de Salud Pública de Harvard, quien afirmaba que "soy un liberal en temas sociales y para mí es difícil admitirlo, pero el Papa realmente tiene razón. Las pruebas que tenemos demuestran que en África los preservativos no funcionan como método para reducir la tasa de infección por VIH. Funcionaron, por ejemplo, en Tailandia y Camboya, que tienen dinámicas epidemiológicas muy distintas".
Contraproducentes
Green se atreve incluso a apoyar la opinión de que, a largo plazo, los condones son contraproducentes: "Lo que en realidad encontramos es una relación entre un uso continuado de preservativos y una mayor tasa de infección. No conocemos todas las causas de este fenómeno, pero en parte se debe a lo que llamamos compensación del riesgo. Significa que quien usa preservativos está convencido de que son más eficaces de lo que realmente son, y termina por admitir mayores riesgos sexuales. Hace algunos años se comenzó a notar en África que los países con mayor disponibilidad de preservativos y mayores tasas de utilización de los mismos, tenían también las tasas más altas de infección por VIH. Esto no prueba una relación causal, pero habría debido llevar a valorar más críticamente los programas relativos al uso de preservativos". "El cambio se produjo a pesar de que los programas seguían centrados en los preservativos"
Para contrastar con este dato, estaban los de "al menos 8 o 9 países africanos donde el VIH está en declive" y donde, según Edward C. Green, "en todos los casos, la proporción de hombres y mujeres que declaraban tener muchos compañeros de relaciones sexuales había disminuido desde algunos años antes de que se registrara el descenso de infección por VIH", y ello a pesar de que los programas de prevención seguían centrados en los preservativos: "Este amplio cambio en el comportamiento, por tanto, se produjo a pesar de los programas, que pusieron en énfasis en elementos que, al menos para África, eran erróneos".
De moda
El director del Centro de Estudios de Población y Desarrollo de Harvard no oculta su "contento" porque los dos países con mayor tasa de infección en África, Suazilandia y Botsuana, "han lanzado campañas dirigidas a desaconsejar las relaciones sexuales simultáneas con múltiples compañeros". De hecho, fue en Botsuana a fines de los 90 donde se empleó por primera vez el eslogan ABC (Abstain, Be Faithful, Condomise; abstinencia, fidelidad, uso del condón) que, con el nombre de Estrategia ABC fue adoptado en las campañas de prevención del sida de Uganda, y más tarde puesto como condición para la ayuda en este campo por la administración Bush (programa PEPFAR de 2003). La tasa de sida en 1990 era en Uganda del 20%, y actualmente está entre el 6 y el 7%.
Green se refirió en sus declaraciones a ilsussidiario.net a una peculiaridad africana: la tasa de infección es mayor entre las clases más ricas e instruidas, por lo que la mejora económica no implicará disminución del sida.
En Washington como en África
En Washington el sida ha alcanzado cifras de epidemia, y no por falta de dinero o condones. Así lo afirmaba ayer Jeffery T. Kuhner en el Washington Times, en un artículo titulado El culto de los condones:
"En África, la distribución de condones sólo ha empeorado la situación. Al continente le faltan muchas cosas, alimentos, agua, buen gobierno; pero los condones no están en esa lista. Contra lo que dicen los llamados expertos, los condones no son infalibles, animan a una actividad sexual imprudente que es la principal fuente de la pandemia. Los críticos del Papa no tienen que mirar a África para encontrar evidencia de que el uso de condones no es eficaz contra el sida. Basta con mirar a Washington D.C., donde el número de infectados aumentó el 22% entre 2006 y 2007. El 6,5% de los varones negros de la ciudad es seropositivo. En 2008 se repartieron 1,5 millones de condones. Llueven condones y la tasa de sida sube como la espuma. La contracultura de los 60 ha vencido. El culto del condón no tolera otros dioses".
Lo que dijo el Papa durante el vuelo
Paloma Gómez Borrero, uno de los tres periodistas españoles que acompañaban el día 17 a Benedicto XVI en el avión de Alitalia, fue testigo de la respuesta del Papa a la pregunta sobre el sida: "No se puede superar con dinero y distribuyendo preservativos que, al contrario, aumentan el problema. La única solución una humanización de la sexualidad, es decir, una renovación espiritual y humana que lleve consigo un nuevo modo de comportarse del uno respecto al otro".
Entre las reacciones poco comentadas se cuenta la del patriarca de la iglesia ortodoxa de Moscú, Kiril I, que "se solidarizó" con el Papa y afirmó que "los preservativos no son una panacea".
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