jueves, 30 de noviembre de 2006

Suspender la terapia anti-VIH en función de los CD4 no es útil


La teoría tenía su lógica, pero no se ha demostrado. Suspender la terapia antirretroviral cuando los linfocitos CD4 están por encima de 350 (para retomarla cuando caen por debajo de 250) no evita las complicaciones asociadas al uso continuo de antirretrovirales.

DM

Las complicaciones asociadas al uso prolongado de la terapia antirretroviral han llevado al planteamiento de nuevos esquemas terapéuticos como la pauta de suspensión del tratamiento en función del recuento de linfocitos CD4+.

En teoría, se argumentaba que esta nueva estrategia mantendría los beneficios de la terapia antirretroviral, pero minimizando el riesgo de complicaciones asociado a su administración a largo plazo, reduciendo los costes y evitando las multirresistencias.

Sin embargo, la realidad parece ser otra, tal y como demuestran los resultados de un ensayo internacional, aleatorizado y a gran escala que se publica en el último número de la revista The New England Journal of Medicine. En España han participado el Hospital Germans Trias i Pujol, el Hospital del Mar y el Hospital Mutua de Terrassa, de Barcelona, el Hospital Universitario Virgen del Rocío, de Sevilla, y el Hospital de la Princesa, de Madrid.

Más infecciones

Según demuestran las conclusiones, presentadas ayer en rueda de prensa por José María Gatell, director del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Clínico de Barcelona, y Joan Albert Arnaiz, coordinador de la Unidad de Ensayos Clínicos del mismo centro, la estrategia de suspensión antirretroviral en función del recuento de CD4+ aumentó considerablemente el riesgo de infecciones oportunistas o muerte por cualquier causa, comparado con la terapia continua, presumiblemente por las caídas bruscas en el número de linfocitos CD4+ y el consiguiente aumento de la carga viral.

El ensayo, realizado por el grupo de estudio Smart (siglas en inglés de Estrategias de manejo de la terapia antirretroviral), que co-dirige Jens Lundgren, de la Universidad Hvidovre, en Copenhague (Dinamarca), concluye que la terapia antirretroviral episódica tampoco era capaz de reducir el riesgo de complicaciones que se le atribuyen a la administración clásica de la pauta antirretroviral.

El ensayo aleatorizó a 5.472 pacientes a recibir la pauta permanente o la estrategia de suspensión, y se les siguió durante 16 meses. El valor medio de linfocitos CD4+ al inicio del estudio fue de 597 por milímetro cúbico y el nivel de ARN del VIH, de un máximo de 400 copias por mililitro.

Para ser candidato en este estudio, las personas infectadas con VIH tenían que tener más de 13 años, no estar embarazadas ni en periodo de lactancia y tener los CD4+ por encima de 350 por milímetro cúbico.

El uso de la terapia antirretroviral se retrasó hasta que los CD4+ descendieron por debajo de 250, momento en el que se reinició el tratamiento y continuó hasta que los pacientes superaron los 350 CD4+ por milímetro cúbico.

La realidad

En contra de lo que se planteaba, lo cierto es que 120 participantes del grupo que utilizó la terapia antirretroviral puntualmente en función de sus CD4 y 47 del grupo que la utilizó de forma continua desarrollaron enfermedades oportunistas o fallecieron por cualquier causa.

Por último, el trabajo sugiere que el exceso de riesgo de enfermedades oportunistas o de mortalidad en el grupo de intervención podría atribuirse a la duración del periodo durante el cual los participantes tuvieron un recuento bajo de CD4.

(N Engl J Med 2006; 355: 2.283-96).


Comite Independiente AntiSida

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