jueves, 2 de diciembre de 2004

La casa de acogida Véritas de Cáritas terminará el año con 45.000 euros de deuda por la escasez de ayudas

Con la verdad por delante
La casa de acogida Véritas de Cáritas terminará el año con 45.000 euros de deuda por la escasez de ayudas

UN DÍA ESPECIAL. Los habitantes de la casa celebran el cumpleaños de un compañero. / LOLA GUIL



Casa Véritas: es la única para enfermos de sida en la provincia de Alicante. Cuando los enfermos mejoran, pasan a las casas de acogida. Está gestionada por Cáritas.

Plazas: 13, pero han hecho hueco para dos personas más. Hay 25 personas en lista de espera.

Subvenciones: son escasas y los gastos de la casa provocarán 45.000 euros de pérdidas este año.


La Casa Véritas de Cáritas es la única de la provincia de Alicante destinada a acoger personas portadoras del VIH que han desarrollado la enfermedad y que no tienen recursos para tirar hacia adelante. Con ellos se trabaja en su rehabilitación y reinserción sociolaboral. Tiene capacidad para trece personas seropositivas, «pero ahora hemos ampliado a 15 las plazas», explica su director, César Giner.

A la Casa Véritas llegan enfermos de toda la provincia «derivados desde los hospitales, Unidades de Conductas Adictivas (UCA) o centros sociales», indica Giner.

Cuando éstos consiguen cierta mejoría y pueden valerse más o menos por sí sólos, pasan a vivir en un piso de acogida. Hasta la fecha, Cáritas disponía de tres viviendas tuteladas, pero la escasez de ayudas por parte de la administración ha ocasionado que tengan que prescindir de uno de ellos este año.

«Recibimos una ayuda de unos 1.500 euros por parte del Ayuntamiento de Alicante destinados a algún programa específico y la aportación de la Conselleria de Sanidad es de casi 300.000 euros. El problema es que vamos a terminar el año con una pérdida entre 45.000 y 50.000 euros, y es una deuda acumulativa». En esta casa se tienen que apretar el cinturón y las actividades destinadas al ocio y el esparcimiento de los enfermos quedan relegadas a un segundo plano «porque la prioridad es la asistencia sanitaria y los gastos de la manutención».

Por eso, Giner hace un llamamiento para que la administración local y autonómica se impliquen más para mantener en pie un proyecto que beneficia a todos, «es más, mantener a un enfermo en el hospital que en uno de estos centros de acogida», dice Giner.

Lista de espera

A pesar de las dificultades económicas a las que tienen que hacer frente, esta casa de acogida tiene una lista de espera que alcanza las 25 personas. «Entrarán cuando haya una vacante y de momento estas personas están en centros de día u hospitales... incluso alguno vive en la calle», pero en la casa ya no cabe nadie más, a pesar de que en tres meses han tenido cuatro fallecimientos.

En Véritas la media de edad está en torno a los 40 años, pero incluso hay una persona con 72 años «el sitio para la gente mayor sería una residencia de ancianos y este es otro problema. Incluso teniendo los métodos para tener a la enfermedad controlada, sospechosamente nunca hay sitio para ellos en centros más adecuados».

Este problema asistencial es una prueba más de que «la enfermedad todavía no está normalizada» a los ojos de sociedad.

«La discriminación sigue presente», afirma Giner, «una prueba de ello es que, según un estudio que hemos hecho, la gente con VIH sufre más problemas de acoso laboral que el resto de la población cuando los jefes conocen su condición de seropositivo. Esto produce mucha rabia en una persona que, por ejemplo, consigue salir de la droga, formarse en los cursos necesarios y luchar contra una enfermedad al mismo tiempo... ¿qué más le tengo que demostrar a la sociedad?, se preguntan. La reinserción socio-laboral es el paso más difícil para ellos». Por eso, Giner estuvo ayer presente en varias mesas informativas ubicadas en diferentes puntos de Alicante dando información bajo el lema: Nadie sin futuro. Por un mundo unido en Salud, Integración, Desarrollo y Amor (SIDA).

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